¿Nos sorprende este PSOE?
Los socialistas, durante la dictadura se asentaron en el poder local y regional. Eso les permitió pasar de siete escaños a convertirse en 1931 en el principal partido de la izquierda. Y su falta de escrúpulos y moral les facilitó la sinvergonzonería de demonizar al Rey
El atentado a la independencia judicial, al Estado de derecho, al Tribunal Supremo y al respeto a todos los españoles, perpetrado por Conde-Pumpido y sus huestes indultando a los delincuentes de los ERE, nos hace plantearnos varias cuestiones. Algunas son: ¿nos sorprenden estos hechos de la mano del PSOE? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? A mí en absoluto; ya les conocemos. Hagamos memoria y un pequeño repaso sobre la vida de ese partido hasta hoy.
Cuando se fundó el PSOE en 1879 España se regía ya por la Constitución de 1876. Es decir, era una monarquía parlamentaria equiparable a otras democracias europeas del momento. Vivió dicho partido muchos años en la irrelevancia organizándose y entrenándose para la vida de la calle. No consigue su primer escaño hasta un año después de haber participado, como otros grupos, en aquellos sanguinarios días conocidos como La Semana Trágica de Barcelona de 1909. Por cierto, que apuntando ya maneras la menudencia de un único escaño no evitó que su titular, Pablo Iglesias, amenazara de muerte a Don Antonio Maura quien sufrió un atentado quince días después.
Cuando Primo de Rivera da el golpe de Estado e impone su dictadura el PSOE era un partido residual con 7 diputados en el congreso, lo que no fue óbice para convertirse en el brazo social del gobierno del general golpista. Todo comienza con la visita del general O´Donnell, duque de Tetuán, a la Casa del Pueblo en Madrid. La Real Academia de la Historia nos lo cuenta así: «Nombrado subsecretario de Guerra y delegado del Directorio Militar (4 de julio de 1924), habilitado como ministro de la Guerra, a raíz de su visita efectuada a la Casa del Pueblo de Madrid (29 de noviembre de 1924) se establecieron las bases para la colaboración con el Partido Socialista dirigido por Largo Caballero y se aseguró el sorprendente matrimonio entre socialismo y primorriverismo, por el que destacados dirigentes socialistas ocuparían cargos de gran relevancia en el sexenio.» Los socialistas, durante la dictadura se asentaron en el poder local y regional. Eso les permitió pasar de siete escaños a convertirse en 1931 en el principal partido de la izquierda. Y su falta de escrúpulos y moral les facilitó la sinvergonzonería de demonizar al Rey acusándole falsamente de haber facilitado la llegada del dictador.
Es durante la II República cuando el PSOE evidencia un gran potencial delictivo. Desde su participación en el golpe de Estado de 1934 a la creación por parte Indalecio Prieto de La Motorizada. Un grupo de facinerosos armados que a lomos de sus potentes Harleys repartía por doquier violencia y terror; uno de sus miembros más destacado asesinó al diputado José Calvo Sotelo. Sabemos por los libros de los profesores Stanley G Payne, Camino al 18 de Julio, y Álvarez Tardío y Roberto Villa, Fraude y Violencia en las elecciones del Frente Popular que a las prácticas violentas hay que añadir diversos delitos de fraude electoral. Terminó el, seguramente, régimen más sanguinario de nuestra historia, cuando el coronel segoviano Segismundo Casado puso fin al gobierno del cleptómano Dr. Negrín que estaba decidido a que siguieran muriendo personas inútilmente.
Tras cuarenta años de vacaciones con la llegada de Felipe González al poder, además de trincar hasta de los huérfanos, de la Cruz Roja o del BOE, este pensó que debiera dotarse de una cierta cubierta legal. La Ley Orgánica del Poder Judicial terminó con la independencia del mismo a lo que sumó la creación de una fiscalía mal llamada anticorrupción; que «¿de quién depende? Pues ya está». Con la Ley Orgánica de Libertad Sindical garantizó enormes privilegios y fondos para CCOO y UGT. Aunque para esta última central no debieron ser suficientes y acudió a saquear a inocentes mediante unas cooperativas que supuestamente construían viviendas, PSV. También mediante la famosa LORCA se diseñó el asalto a las cajas de ahorro consiguiendo que entidades que llevaban más de un siglo sin generar un solo problema quebraran en veinte o veinticinco años.
Con Zapatero llegaron las épocas de sentarse con los delincuentes de ETA a comer alubias en un caserío de Elgoibar en más de sesenta ocasiones y ocultar a los españoles los acuerdos allí alcanzados. Tras el mayor atentado de nuestra historia, que sorprendentemente, carece de autor intelectual, el nuevo presidente del gobierno decide romper el consenso de Estado en el que había total coincidencia y acuerdo con PP, la política antiterrorista. Si querían expulsar para siempre a la derecha del poder, era preciso romper ese acuerdo e implementar uno alternativo con la banda. Así que mientras diseñaba con ETA su nueva estrategia algunos compañeros saqueaban diversas cajas de ahorro y se enriquecían con proyectos inmobiliarios financiados por estas. Y otros llevaban a cabo el mayor asalto de la historia a las arcas públicas; nada más y nada menos que 680 millones de euros que se debieran haber destinado a los parados a través de los ERE.
Nuestro actual autócrata no sólo ha realizado el mayor ataque a la independencia judicial y el asalto a instituciones y empresas, es que ha consumado las traiciones pertinentes con sus socios etarras y sus amnistiados golpistas. Por supuesto todo ello con el habitual rosario de «casos» que siempre acompañan al PSOE hasta llegar al Begoñazo.
Pero si la diversidad de ilícitos es enorme, siempre hay en su historia un elemento común; la ausencia de contrición, arrepentimiento. Nunca hay disculpas ni reparación del daño causado, un socialista siempre ha de salir de rositas. Por esto no sorprende nada que Cándido Conde, en su redonda pumpidez y revestido de sucia toga y falsa legitimidad, haya atentado contra la Justicia generando una inaceptable e injusta impunidad.
- José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario