Las manifestaciones de la hostilidad del Gobierno de Sánchez hacia el Rey crecen cada día. Si Albares tenía en Bruselas un consejo el lunes que le impedía acompañar al Rey en su viaje oficial a los Bálticos ese día, no era óbice para que lo asistiera como ministro de jornada el domingo durante la visita a Estonia. El Falcon que tiene a su disposición el ministro de Exteriores podía haberlo trasladado el lunes temprano sin problema. Pero las visitas oficiales son menos entretenidas y él prefirió dejar solo al Rey, sin que lo acompañara ningún ministro ni ninguno de sus cuatro secretarios de Estado y, como ha informado El Debate, se fue a la verbena de San Juan en casa del conde de Godó en Barcelona. Está claro qué es lo primero para Albares.
El candidato socialista a la Presidencia de la Generalidad catalana se enfrentó ayer a la dura realidad: no tiene los apoyos suficientes para lograr una investidura. Pero tampoco los tienen sus rivales. Así que todavía conserva la esperanza de sumar con partidos independentistas a los que quizá no interese la repetición de elecciones. Entre tanto y con el pleno de ayer, se puso en marcha el reloj que puede acabar con la disolución el 26 de agosto y la celebración de elecciones el 13 de octubre. Veremos.
El presidente de la Junta de Andalucía defiende con toda lógica los derechos de su comunidad, que son los de los habitantes de la misma, y en su intervención este miércoles en el Parlamento Andaluz, en el ecuador de la legislatura, criticó a la vicepresidenta primera del Gobierno de la nación, la andaluza María Jesús Montero, denunciando que el llamado acuerdo 'singular' para la financiación de Cataluña sea una realidad por donde «se nos cuele la desigualdad, porque cuando hablan de singularidad, quieren decir privilegio y, por tanto, maltrato a Andalucía».
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