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Nuevo mantra, nueva mentira

No hay en Errejón (ni en la izquierda radical que él integra) un deseo de equidad. Solo hay un deseo de alcanzar el poder para imponer su visión particular de las cosas, aplastando las demás, como hacen los líderes populistas en los que se inspira

El nuevo mantra de la izquierda antisistema se resume, en palabras de Íñigo Errejón, en que «el futuro de un niño recién nacido dependerá más de su código postal que de su esfuerzo». En otras palabras, Errejón imagina que la suerte (por ejemplo, el lugar en que uno nace o la situación económica de sus padres) juega un papel más importante que el esfuerzo personal.

Que un comunista manipule algunos datos y sea creativo para la propaganda y la elaboración de eslóganes es algo habitual. Lo sorprendente es que aún quede gente con una dosis tan alta de ingenuidad como para creer ese tipo de patrañas que solo intentan excitar el resentimiento. Nunca debería olvidarse que el comunismo ve todo como un conflicto entre explotadores y explotados, y que su acción se orienta a acercar una revolución que instaure la «dictadura del proletariado». De ahí la necesidad de fomentar el odio entre unos y otros, aunque sea sobre la base de mentiras.

La propia trayectoria vital de Errejón desmiente su hipótesis. Nacido en una familia de clase media, no ha tenido impedimento para completar estudios universitarios e, incluso, doctorarse. Además, sin experiencia laboral relevante fuera del activismo político, con poco más de 30 años logró colocarse como diputado nacional, cómodamente dentro del 10 % de la población que más dinero gana. En la actualidad percibe un sueldo anual de 109.200 euros (fuente: Transparentia-Newtral).

¿Determinó el «código postal» del lugar de nacimiento de Amancio Ortega su éxito en los negocios? ¿Fernando Alonso vio facilitada su carrera deportiva por el lugar donde nació? ¿Fue ese el caso de Andrés Iniesta? ¿En qué medida potenció el éxito del chef José Andrés el hecho de haber nacido en Mieres? ¿Nacer en Calzada de Calatrava es la razón última del éxito de Pedro Almodóvar? ¿Pedro Duque logró ser el primer astronauta español por haber nacido en el barrio de San Blas de Madrid?

Como es evidente, los logros de todas esas personas excepcionales tienen que ver, más que con ninguna otra cosa, con enormes dosis de esfuerzo, sacrificio, perseverancia, pasión y trabajo. La teoría de Errejón no solo es ridícula, sino que insulta y desmerece las decenas de miles de historias anónimas de superación basadas en el esfuerzo personal y el mérito.

No lo hace por tonto. Lo hace para socavar las bases de nuestro sistema de convivencia y libertad. Quiere hacer creer a la gente que están predestinados al fracaso, convencerles de esa injusticia y ofrecerles la falsa solución socialista, en la que el ascenso social depende de la lealtad al poder. Los casos de Cuba y Venezuela son ejemplos elocuentes. Dictaduras que, en ambos casos, Errejón admira.

No hay en Errejón (ni en la izquierda radical que él integra) un deseo de equidad. Solo hay un deseo de alcanzar el poder para imponer su visión particular de las cosas, aplastando las demás, como hacen los líderes populistas en los que se inspira. Para eso, la tergiversación y la demagogia son apenas herramientas útiles.

Íñigo Errejón es un mentiroso sin escrúpulos, que basa su permanencia en el poder en ceder ante grupos que anhelan desmembrar España y/o aspiran a cambiar nuestro estado de derecho por un sistema menos libre y opresor. Por qué lo consienten los socialdemócratas del PSOE es algo que no alcanzo a entender. Mientras tanto, mantengámonos alerta, porque cada avance de esos grupos es un retroceso de nuestra libertad. 

  • Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados (@diebarcelo)