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TRIBUNAGonzalo Ortiz

Elecciones presidenciales en Corea del Sur: apretada victoria del centroderecha

El ímpetu del desarrollo tecnológico de Corea del Sur y la calidad de su cultura le dan en este momento un notable prestigio internacional

1. Cuando ya está escrutado más del 99 por ciento del electorado y con una participación de entorno al 77 por ciento del censo, parece que el partido conservador (PPP), con el candidato Yoon Suk Yeol, acaba de obtener hoy día 9 de marzo de 2022, una ajustada victoria sobre el candidato del Gobierno actual del partido demócrata (PD), Lee Jae Myung. Eso significa un giro a la derecha de la política surcoreana que ha sido pilotada en sus últimos cinco años, en un mandato de relativa estabilidad, por el social-demócrata presidente Moon Jae In.

El nuevo presidente electo es un antiguo fiscal general y ha conseguido atraer en el tramo final de la campaña a un tercer contrincante, Ahn Cheol Sool, cirujano y empresario de éxito, que se ha sumando a la candidatura del PPP.

2. La política de estos cinco años del mandato de Moon Jae In ha venido marcada por sus iniciativas hacia el norte (con varias cumbres con el líder norcoreano Kim Jong Un) y una fuerte confrontación con la expotencia colonizadora, Japón.

La celebración de las Olimpiadas de invierno en Pyongchang en febrero de 2018 sirvió para que altos cargos del régimen comunista asistieran a los Juegos Olímpicos. Cuatro años después, Corea del Norte continúa con sus planes nucleares mejorando la calidad de sus ingenios atómicos y de los misiles que sirven de medio de transporte a los mismos. La cumbre de Singapur con el presidente Trump pareció aportar algunos progresos, que se frustraron en la cumbre de Hanoi.

3. La guerra de Corea, que acabó con el armisticio de 1953, dejó sin resolver muchos temas. No ha habido un acuerdo de paz. EE.UU. continúa manteniendo tropas en territorio surcoreano y las grandes maniobras anuales son motivo de fuertes roces. El alto mando de las Naciones Unidas (es decir, EE.UU.) prevalece sobre el Gobierno surcoreano en tiempos de guerra. Los vecinos de Corea son poderosos: Rusia, China, Japón y EE.UU. en el Pacífico, y no tienen gran interés en modificar el status quo.

Aunque Corea del Norte aspira teóricamente a la reunificación, y así se consigna en su Constitución, la realidad es que los jerarcas norcoreanos (es decir, la familia del fundador Kim Il Sung y la nomenklatura que le rodea) no tienen ningún interés en ella. Por eso Corea del Norte está incomunicada con el resto del mundo para preservar la dinastía.

En Corea del Sur las viejas generaciones siguen manteniendo la ilusión de la unificación. Pero los jóvenes y menos jóvenes han vivido ya en una sociedad próspera que no tiene conexiones con la vecina del Norte (ni teléfono, ni internet, ni carreteras, ni servicios postales) y tienen miedo a una hipotética nueva situación con efectos imprevisibles.

4. Corea del Sur es un país pequeño en extensión, pero muy grande en términos de su producto interior bruto. Tiene alrededor de 100.000 km² y el vecino del Norte 125.000 km². Pero hay una tercera Corea como región autónoma en Jilin, antigua Manchuria en el norte de China y una cuarta Corea del exterior con más de dos millones de norteamericanos de origen coreano.

En Corea del Sur hay profundas divisiones entre los «progresistas», que simpatizan con Corea del Norte y odian a Japón, y los «conservadores», que ven en EE.UU. el aliado indispensable. Las pasiones políticas dividen también geográficamente a los surcoreanos y los cambios tras las elecciones propician vendettas en el seno de la Administración.

5. Y sin embargo, la economía coreana, que se ha organizado a través de grandes conglomerados empresariales, los «chaebols», ha sido en los últimos años muy dinámica y emprendedora, mucho más que sus vecinos japoneses o sus socios occidentales.

Tras la guerra de Corea el país estaba en ruinas, con una renta en torno a los 100 dólares, pero poco a poco surgieron con impulso estatal industrias privadas potentes como la siderurgia, el automóvil, la construcción naval, los electrodomésticos, la micro electrónica y otras muchas. En Corea del Sur siguen floreciendo start-ups y los sucesivos gobiernos no han atacado a la iniciativa privada. Otra cosa es que algunos grandes empresarios hayan pasado períodos de tiempo en la cárcel por evadir impuestos o maniobrar contra la transparencia del mercado.

6. Como economía muy desarrollada tiene los problemas derivados de esta condición. La tasa de natalidad es muy baja y sin embargo, la población muy numerosa (más de 50 millones de habitantes).

Superado el período autoritario, el imperio de la ley se ha visto sometido a ataques cuando el poder ejecutivo ha intentado influir exageradamente en la Fiscalía. La urbanización del país y el progreso alcanzado ha sido espectacular, pero a pesar de los muchos rascacielos, la carestía de los inmuebles hace que los jóvenes desconfíen del sistema.

7. El vecino del norte sigue ahí con su fuerza nuclear y su carácter agresivo. Corea del Sur, por lo demás, deberá mejorar sus relaciones con China (perjudicadas por las rampas de lanzamiento Thaad y el «padrinazgo» al régimen de Pyongyang) y con Japón (dejando atrás el pasado colonial).

Y el ímpetu de su desarrollo tecnológico y la calidad de su cultura le dan en este momento un notable prestigio internacional, con lo que seguirá avanzando en el ranking de países de alto nivel de renta.

  • Gonzalo Ortiz es embajador de España