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TribunaJosé Rivela Rivela

Don Quijote enchufa a Alvise en la trena

Ultima hora, urgente: la policía marlaskiana apaleó en una protesta de agricultores, claramente y sin motivo, al nuevo Quijote Alvise

Comencé a teclear a toda velocidad. Escribí el título, dejé dos líneas blancas y me puse a tope. Tecleé sin descanso. Hay veces que escribir no es más que teclear. Si has estado rumiando y preocupándote por algo durante algún tiempo, si has cultivado una masa de pensamientos que están listos para salir al más mínimo toque, entonces todo lo que queda por hacer es convertirse en mecanógrafo, presionar diligentemente las teclas; esa es la última responsabilidad del que escribe. Si los dedos no alcanzan a seguir la fluidez de los pensamientos, es que estás haciendo bien tu trabajo. Interpreto el diálogo en voz alta mientras tecleo. Ambas manos, izquierda y derecha, parecen hablar entre ellas. Escribo sin descanso. El talento que había mantenido sellado durante algún tiempo finalmente se libera. Comienzo a teclear a toda velocidad: D. Miguel de Cervantes creó el Quijote y Alvise Pérez creó a un Nuevo Quijote que se llama Alvise. D. Miguel, como esclavo que era, imaginó a Don Quijote para liberarse un poco (¡Viva la libertad carajo!) y así Cervantes se encontraba mejor. Finalmente, por asuntos de impuestos no pudo evitar la cárcel. Don Quijote arremetía contra todo lo que consideraba injusticias, algunas veces se equivocaba, pero más valía equivocarse que cesar en el empeño de buscar la Verdad. Pero tal vez «la Verdad sea Terrible» dijo Rimbaud (entre otros). D. Miguel era muy parecido a su personaje y no podía evitar luchar contra lo que consideraba injusto. Esa manera de ver los asuntos de la vida y pelearse con los poderosos para ayudar a los que padecían injusticias lo llevó a la cárcel. Cervantes se consideraba un esclavo de los tiempos que le tocó vivir.

Creo que lo de Alvise Pérez y su Nuevo Quijote (se escribe a sí mismo como personaje) es muy parecido a lo de don Miguel con El Quijote. Alvise sabe que hoy también vivimos tiempos de esclavitud (Étienne de la Boétie lo explica muy bien en su magnífico libro: La servidumbre voluntaria). Alvise como Cervantes arriesga al máximo para liberase y liberarnos. Arremete contra todos los poderes como El Nuevo Quijote que es y esa actitud, tarde o temprano, creo que lo llevará al caldero (cárcel o trena).

Don Miguel le dice que continúe su lucha contra los nuevos molinos del siglo XXI. Le dice: posiblemente acabes en la trena, como me paso a mí, pero valdrá la pena: saldrás más fuerte. Yo utilizaba la espada y la lanza y tú utilizas nuevos instrumentos: ordenadores, redes… Hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Pregunta Cervantes: ¿cómo es posible que en 2024 un tuitero se enfrente a tres años de cárcel por calificar la inmigración como invasión? ¿Nos hemos vuelto locos? Le contesta El Nuevo Quijote: Don Miguel, hice pública la fotografía de S. G. G, la responsable en Valencia de haber exigido tres años de prisión y 3.600 euros de multa a quien tuitee la palabra «inmigración» e «invasión» juntas. Esta S. G. G es una comisaría política del tiránico Gobierno que tenemos ahora. Pues esta S. G. G. tiene a un periodista L. O. A. a su servicio. Son amigos de farra y mientras toman unas cañitas la fiscal le filtra al periodista los nombres de los Caballeros y Damas que publican en redes «la inmigración ilegal es una invasión» y después el periodista escribe sus artículos contra ellos (con nombre y apellidos). Pero contraatacamos y hemos hecho públicos los nombres de los comisarios y periodistas que se hacen favores mutuamente. Y ahora, los perseguidos son ellos.

Hemos facilitado en las redes el organigrama completo, con nombres y apellidos, de las personas responsables de la persecución ideológica, llamada «delitos de odio». Hay un comisario político en cada provincia para buscar y denunciar a estos que escriben en las redes estas palabras. Estos comisarios son los que están multando e intentando meter en prisión a miles de españoles por decir que la masiva inmigración ilegal es una invasión. Como estos comisarios políticos están organizados por ciudades hemos publicado en redes sus identidades. Haces muy bien, dice Cervantes: hay que actuar.

Ahora mismo, cuando escribo estas letras, es tendencia en España, «estamos siendo invadidos» e «invasión». Esta es la respuesta a que nos pidan tres años de prisión y altas multas, a quien digamos que la inmigración ilegal es una invasión. Hemos escrito a Fiscalía: «Hola, fiscal, ya puede comenzar a construir cárceles para encerrarnos a cientos de miles de españoles». A lo mejor ahora ya no nos quieren detener, pues han convertido los «castigos ejemplares» en «chispas de revolución». Don Miguel aplaude la acción y dice que le agradaría vivir estos tiempos de ordenadores y redes. Mis tiempos eran mucho más pesados y peligrosos, dice, pues era muy difícil para los caballeros comunicarse, como hacéis ahora los nuevos caballeros, casi al instante.

Ultima hora, urgente: la policía marlaskiana apaleó en una protesta de agricultores, claramente y sin motivo, al nuevo Quijote Alvise. Le rompió un hueso. Se abrió la caza. Ante esta nueva dictadura, los caballeros antimarlaskianos nos hemos reunido y pedimos la dimisión de Marlaska. No hay nada concreto en la cabeza de estos caballeros ahora, permanecen tranquilos y siguen funcionando aparentemente inmóviles, como el tiempo en el exterior. Sin embargo, hay infinidad de partículas en el fondo de sus mentes, que chocan unas contra otras. No importa lo mucho que esas partículas puedan moverse, son indetectables mientras el molde en el que están encajadas no se inmuta. Así, a los caballeros les resulta prácticamente imposible detectar esos movimientos sísmicos que tienen lugar dentro de su cabeza, y solo cuando estos le provocan una necesidad de defensa se ven obligados a actuar.

(Continuará).

(Este artículo se lo quiero dedicar al amigo Fernando Arrabal por escribir Un esclavo llamado Cervantes. Un hermoso libro.)

  • José Rivela Rivela es profesor de artes en el IES de Celanova (Orense)