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TribunaSayde Chaling-Chong García

Reunificación política hispánica

Estar orgullosos de nuestro glorioso pasado, es el paso inicial para una reunificación no en el sentido de la existencia de una sola nación, sino algo parecido a la Unión Europea o la Commonwealth

Hermanos hispanos de las dos orillas: Ha llegado el momento, es el tiempo de abandonar los complejos, es este el instante preciso en que tenemos que cejar en el empeño suicida de negarnos a nosotros mismos. Es la hora precisa para superar los traumas, la auto flagelación, y romper las falsedades que nos atan a este coma inducido, porque hoy comprendemos que no amarnos es la temeraria acción de taponar nuestras vías respiratorias. Ahora estamos vivos, pero todavía muchos estamos cargados de odios, resentimientos y la verdad hermanos, esto no es vida.

No tenemos por qué seguir aceptando con resignación la mentira que nos contaron, luego de secuestrarnos y arrancarnos con violencia de los brazos de nuestra madre patria, solo por pura envidia. A los enemigos de nuestros padres les parecía, y les parece obsceno, como nos exhibían orgullosos y amorosos, por eso nos arrancaron, como se arranca un fruto antes del tiempo de cosechas. ¿Acaso unos padres no pueden mostrar orgullosos al mundo el fruto de su amor?

Nos dijeron a nosotros los hijos robados, que nuestros padres eran violentos, asesinos, y ladrones. Y que por eso no les quedó otro remedio que «rescatarnos de esa familia disfuncional». Nuestros «salvadores», por el camino convirtieron en parias a nuestros hermanos los indígenas, hermanos que con tanto celo nuestros padres habían cuidado, y amado, y nos indujeron a un extraño sentido de pertenencia a la soledad y la desconfianza, que nos hace dudar hasta de nosotros mismos, y recelar de nuestros huérfanos hermanos. A ellos también los convirtieron en extraños, dándole distintos y huecos sentidos de vida para «diferenciarlos», latinos los llamaron, y orgullosos se sienten de pertenecer a la nada, y ay de aquellos que cuestionen esta falsa premisa.

A nuestra madre, le dieron tal paliza que le provocó amnesia, y al despertar buscando respuestas, miraba con pena al vacío, escuchando la nueva historia que nuestros enemigos le contaron. Resultó que era una madre cruel e inhumana, y por esa maligna versión, vivía avergonzada, atormentada y asqueada de sí misma. Y como el dolor le atormenta, la quieren obligar a hacerse una dicotomía, para dejarla encerrada en su mente para siempre, y que así olvide las glorias del fruto de su vientre. A nuestro padre el continente Hispanoamericano, lo trocearon y unieron como un Frankestein, con restos de cuerpos extraños que ni el mismo reconoce, pobre, no sabe quién es.

Pero muchos de nosotros nunca nos conformamos con las respuestas y odio que nos indujeron, y cuando fuimos mayores y con criterio salimos a buscar respuestas, porque nuestros recuerdos lejanos y borrosos, no eran precisamente la remembranza de unos padres malos y violentos. Por eso cada vez son más numerosas las voces que se suman a decir con gran orgullo: Nosotros somos los hijos de la hispanidad, y nuestra madre patria es España.

Hermanos: Grandes hombres y mujeres, estamos trabajando codo con codo, mediante escritos, literatura, divulgación de todo tipo, conferencias y hasta manifestaciones. Porque una vez recuperado el vínculo con nuestros padres, vamos entendiendo que no está bien que nuestros enemigos hablen mal de nuestros antepasados, y mucho menos, que nosotros los aborrezcamos.

La hispanidad tiene que salir del mundo académico, y cultural para aterrizar triunfante en el mortal de los comunes, en el Pepe, la Lola, el William, y la Karen. En el hispano de Cuba, Nicaragua, Bolivia, Argentina, México, Venezuela, Ecuador etc.., y sobre todo en los hijos españoles de nuestra Madre Patria, que han crecido algunos, con los daños antropológicos que le provocaron nuestros enemigos, por eso algunos quieren devorar a nuestra madre, y negar a sus hermanos hispanoamericanos.

Estar orgullosos de nuestro glorioso pasado, es el paso inicial para una reunificación no en el sentido de la existencia de una sola nación, sino algo parecido a la Unión Europea o la Commonwealth, porque según estimaciones definitivamente llegaremos a 900 millones para el 2050, que está al doblar de la esquina, y tenemos que ser un bloque monolítico y geopolítico, porque si no, seguiremos siendo mano de obra barata, vendedores de materia prima a precio de saldo, pasto de violencia, la corrupción, el narco, las dictaduras comunistas, y la destrucción de nuestros mares, bosques, y el daño a los pueblos ancestrales, que son tratados como animales. Y la respuesta del indigenismo, no puede ser más fragmentación de los estados nación hispanoamericanos, ya estamos lo suficientemente divididos, como para seguir. La respuesta al indigenismo, tiene que ser la restitución de los derechos reconocidos a los indígenas en las Leyes de Burgos, incluidas todas las propiedades que le robaron los criollos, llenos de codicia, e influenciados por el odio a la hispanidad.

Es hora de abrir facciones dentro de los partidos políticos que defiendan la hispanidad y la reunificación hispánica de verdad, y no esa tontería queda bien que existe ahora, sobre individuos que hacen bailes tradicionales, y se dedican a blandir banderas a cambio de un viaje, un bocata, y salir en la foto con el líder político que financió esa estupidez. Los hijos de la hispanidad tenemos mucho que decir y aportar, y si siguen en la tontería paternalista los partidos, se terminará creando un espacio que llegará a tener representación.

El tren de la Reunificación Hispánica está en marcha, ejemplo de ello es la Primera Gran marcha Hispana por la reunificación, marcha que tuvo lugar en la capital del reino el pasado 29/09/24, con entre 800 y 1000 asistentes, nada mal para ser la primera vez, he aquí una pequeña chispa que va iniciar un gran fuego, el del avivamiento de la hispanidad. Se acerca el 12 de octubre, y habrá un clamor nacional porque los hijos desviados de la hispanidad, están tratando de matar a nuestra madre, y nosotros los amorosos hermanos, no vamos a permitir que la destruyan, porque nos destruirían a nosotros mismos.

¡Viva la Hispanidad!

¡Viva el Rey!

¡Viva la reunificación hispánica!

¡Viva España y las naciones hispanoamericanas unidas!

  • Sayde Chaling-Chong García es presidente de la Alianza Iberoamericana Europea contra el Comunismo (Aiecc)