Liderazgo en escenarios disruptivos: adaptabilidad, propósito y resiliencia
La sociedad demanda que las empresas no solo busquen rentabilidad, sino que también se comprometan con hacer lo correcto, porque la sociedad necesita nuevos referentes. Esos referentes somos los empresarios y ejecutivos
La sociedad, las empresas, y las asociaciones nos enfrentamos a desafíos de magnitud y complejidad sin precedentes. La era digital, tecnología, la geopolítica, la globalización/regionalización, la inmediatez, o la demanda de transparencia y de sostenibilidad, por parte de sus públicos, imponen cambios rápidos y poco predecibles. En este contexto, la capacidad de adaptarse y transformar define la diferencia entre estancamiento y crecimiento, así como de dar respuesta a lo que la sociedad nos demanda como consumidores, usuarios o colaboradores. Es por ello que desde APD defendemos en nuestros foros y debates un modelo de liderazgo humanista que priorice la adaptación, impulse la innovación, la adopción de tecnologías a servicio de las personas, y fomente la colaboración entre las empresas y la sociedad civil. Los líderes ya no pueden confiar solo en fórmulas tradicionales, y necesitan un enfoque integral que combine flexibilidad y propósito. Este modelo va más allá de la gestión de recursos y el cumplimiento de metas, es un liderazgo basado en principios, capaz de guiar, inspirar y contribuir al desarrollo, en entornos de constante cambio.
Ante cambios constantes, el liderazgo adaptativo es crucial. Los tomadores de decisiones se enfrentan a un exceso de información, y deben extraer solo aquella, relevante, que les permitan tomar decisiones estratégicas en tiempo real. Desde APD sabemos que el éxito de un líder no solo se mide por su conocimiento, sino por su capacidad para actualizar sus estrategias y responder ágilmente a los retos. Es por ello que el 7º Congreso de Directivos, Empresarios y Emprendedores de APD, los días 20 y 21 de noviembre en Santiago de Compostela, será el gran foro para profundizar en estas habilidades, donde expertos nacionales e internacionales compartirán estrategias para enfrentar contextos disruptivos. Esta capacidad, decisiva y diferenciadora, es la que permite a los líderes no solo afrontar cambios, sino convertirlos en oportunidades para sus organizaciones.
El compromiso de hacer lo correcto
La sociedad demanda que las empresas no solo busquen rentabilidad, sino que también se comprometan con hacer lo correcto, porque la sociedad necesita nuevos referentes. Esos referentes somos los empresarios y ejecutivos, como verdaderos generadores de riqueza y empleo en las localizaciones y comunidades donde operamos.
La buena gobernanza es el eje de un liderazgo con impacto social. Este compromiso ético implica buenas prácticas que fortalecen a las empresas y reflejan el modelo de sociedad que queremos construir. El enfoque en la correcta gobernanza permite liderar con el ejemplo, estableciendo estándares éticos y de sostenibilidad que inspiran a otras organizaciones. Hacer lo adecuado debe guiar constantemente la acción empresarial, acompañando a los objetivos económicos para abrazar una visión social más amplia. Y así, una vez más, lo está demostrando la sociedad y las empresas ante la terrible DANA que ha asolado nuestro país.
Pero, sin duda, la tecnología es hoy el motor de transformación, y los líderes deben estar al frente de esta revolución. La integración de herramientas digitales, inteligencia artificial y ciberseguridad requiere no solo inversión y capacitación, sino también una gestión constante de la innovación. Innovar no es opcional, es una necesidad para mantener la competitividad en un mercado global cambiante y un aval de supervivencia, en muchos casos.
En este contexto, la colaboración entre sectores es fundamental. La capacidad de establecer alianzas estratégicas con empresas, universidades y organismos permite acceder a recursos y conocimientos adicionales. Estas alianzas, tanto públicas como privadas, no solo fomentan la innovación, sino que permiten soluciones conjuntas que ninguna organización desarrollaría por sí sola. La colaboración es, por tanto, una estrategia de crecimiento, y un factor clave de éxito, para cualquier sociedad y país que sueñe con un futuro mejor.
Juventud y formación: apuestas de futuro
APD defiende que el talento joven y la formación continua son fundamentales para el éxito sostenible de cualquier empresa. Invertir en los jóvenes, promover programas de mentoría y fortalecer sus competencias en innovación y digitalización asegura una ventaja competitiva duradera. Esta inversión en formación, además, responde a los grandes desafíos actuales, dando a las nuevas generaciones herramientas para transformar la sociedad. Combinándolas con el experimentado talento senior que esta ávido de seguir aportando creando una trama intergeneracional mucho más rica y exitosa.
Las empresas que valoran las personas y apuestan por su educación no solo fortalecen su competitividad, sino que también fomentan un entorno inclusivo y resiliente. No existe otra vía. Un liderazgo que no se compromete con el desarrollo de los jóvenes está dejando de lado un potencial transformador. Apostamos, así, porque el liderazgo actual debe ser resiliente, visionario y consciente de su responsabilidad. Los líderes que triunfan hoy son los que abanderan valores y principios, se adaptan, innovan y colaboran. Entienden que su impacto va más allá de sus organizaciones y que su compromiso con el propósito, el bienestar social, y el futuro de su país y entorno, es su verdadero valor.
Invito a todos los líderes a unirse a APD en esta misión, asumiendo la responsabilidad de guiar a sus organizaciones hacia una transformación positiva y duradera. El liderazgo de hoy, y el del futuro, debe ser un reflejo de los tiempos: ágil, comprometido y orientado a construir un futuro próspero para todos.
- Laura González-Molero es presidenta de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD)