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Cristaliza el primer paso para la Europa de la Defensa

Por ello es tan importante que se produzca un dialogo permanente entre los gobiernos y la industria, y que seamos capaces de garantizar a las empresas una demanda pública sostenida a medio y largo plazo

El primer pilar para tener una Europa de la Defensa ha cristalizado.

A pocos días de finalizar el año, y tras solo unos meses desde que diera comienzo esta legislatura, tenemos el primer Comisario para la Defensa y el Espacio de la historia de la Unión Europea, y hemos activado el brazo legislativo para acompañarle en su labor: un comité de defensa de pleno derecho.

Hasta ahora, Defensa era un subcomité que formaba parte del Comité de Asuntos Exteriores, pero este Parlamento Europeo ha respondido ágilmente a la demanda ciudadana y a la premura que impera en el contexto internacional. No hay tiempo que perder, y a este gran paso deben seguirle otros no menos importantes, como el establecimiento de una reunión de ministros de Defensa con un formato similar a las reuniones que existen en otras materias en el Consejo de la Unión Europea.

Pero además, todos sabemos que no hay defensa sin industria, y no hay industria sin dinero. Y esta es otra clave que debemos abordar desde la responsabilidad: hasta ahora, no hemos tratado el mercado de defensa como un mercado. Y ciertamente este mercado opera, como todos, bajo la ley de la oferta y la demanda, pero con algunas peculiaridades que lo hacen especial más allá de su relevancia estratégica.

Así, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares como Rusia o China, donde tanto la oferta como la demanda de bienes y servicios relacionados con defensa están en manos del Estado, en el caso de la Unión Europea y sus estados miembros, la oferta está principalmente en manos privadas, mientras que la demanda es únicamente pública.

Por ello es tan importante que se produzca un dialogo permanente entre los gobiernos y la industria, y que seamos capaces de garantizar a las empresas una demanda pública sostenida a medio y largo plazo, para que puedan invertir y producir las capacidades que necesitamos.

Y, además, todo esto necesita recursos económicos y financieros. Y este es el tercer gran reto que tenemos por delante. Necesitamos recursos ya, hasta que en el próximo Marco Financiero Plurianual que comenzará en 2028 podamos destinar un epígrafe específico a defensa. Mientras, hemos de ser flexibles y creativos con los recursos de que disponemos, apoyándonos en herramientas que ya han mostrado su eficacia (como el Fondo Europeo de Defensa, las exenciones de IVA para programas conjuntos, o los bonos), y también facilitando a los estados miembros y a sus regiones que puedan reorientar el uso que le dan a los fondos que ya tienen asignados.

Todo ello contribuirá a un necesario cambio de mentalidad que debe abarcar desde el BEI hasta la banca privada, asumiendo que nuestra defensa y nuestra seguridad son un bien público de primera necesidad y, por tanto, es más que legítima su financiación. Sin duda, prepararnos para un posible conflicto puede resultar costoso, pero no estar preparados nos saldrá verdaderamente caro.

  • Nicolás Pascual de la Parte es eurodiputado coordinador del EPP en el Comité de Defensa