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El fanatismo energético de Pedro Sánchez

Siguiendo las directrices del Gobierno socialista de no renovar concesiones a estas empresas, en los próximos años, cientos de centrales hidroeléctricas y sus presas serán demolidas porque este gobierno entiende que renovar la concesión es sinónimo de enriquecer a las eléctricas

A finales del mes de noviembre de este año, el Tribunal Supremo dictó su cuarta sentencia contra las compañías eléctricas Endesa e Iberdrola para obligar a estas empresas a pagar el derribo de infraestructuras de sus centrales hidroeléctricas tras el fin de la concesión para explotarlas.

La decisión contra decenas de centrales hidroeléctricas parte de las Confederaciones Hidrográficas de todo el territorio nacional, controladas por el Ministerio de Transición Ecológica del Gobierno de Pedro Sánchez. Las confederaciones están obligando a las eléctricas a asumir el coste de demoler las presas una vez han expirados los permisos para gestionar las centrales hidroeléctricas.

Siguiendo las directrices del Gobierno socialista de no renovar concesiones a estas empresas, en los próximos años, cientos de centrales hidroeléctricas y sus presas serán demolidas porque este gobierno entiende que renovar la concesión es sinónimo de enriquecer a las eléctricas, cuando la única realidad es que son las principales fuentes de generación de energía eléctrica limpia y sostenible. Lo que Sánchez y su gobierno no entiende es que todas las presas demolidas, y las que van a serlo, son estructuras que amortiguan también las avenidas en casos de lluvias intensas y evitan inundaciones aguas debajo de las mismas. Resulta incluso contradictorio demoler presas, pues el gobierno sanchista ya expresó en el Congreso de los Diputados en el año 2023 que prevalecería el «principio de mínima intervención en los ríos» y una demolición no es precisamente una «mínima intervención».

El consumo máximo diario de energía en España es de 38.000 megavatios sobre las 9 de la noche y el consumo mínimo de energía eléctrica se produce a las 4 de la mañana y son 20.000 megavatios. ¿Cómo se reparte la generación de energía eléctrica diaria en España? En 2023 la media de producción fue: un 38 % provino de la generación eólica y fotovoltaica. Un 21 % provino de las centrales nucleares, un 18 % provino del ciclo combinado, el 10 % de las hidroeléctricas y un 6 % de cogeneración y otros porcentajes menores de otras alternativas.

Hace pocos días, la empresa Red Eléctrica —quien decide y opera con la electricidad en España— tuvo que cortar el suministro a las grandes industrias durante un par de días de diciembre porque ni las energías eólica y solar llegaron a un aprovechamiento mayor del 10 % por lo que hubo que aumentar la generación de energía eléctrica que provenía del ciclo combinado del gas. Coincidió además que fueron días muy fríos en España, lo que supuso un consumo eléctrico punta que superó los 40.000 MW sobre las 9 de la noche y además estaba fuera del sistema de generación eléctrica la central nuclear de Ascó. Al fallar la generación eólica y solar y disminuir también la nuclear, esto obligó a quemar mucho más gas —principalmente comprado a la Rusia gobernada por genocida Putin— hasta casi hasta el 50 % de generación eléctrica proveniente del ciclo combinado. De hecho, ha aumentado la compra de gas natural a Rusia.

Actualmente, en nuestro país, existe la posibilidad de generar 20.000 megavatios de energía hidroeléctrica, pero la realidad es que se utilizan poco más de 5.000 megavatios diarios, por lo que no se aprovecha un 75 % de las instalaciones existentes, debido fundamentalmente a presiones ecologistas. Es muy triste que la energía más limpia y sostenible de todas —la hidroeléctrica— sea la más perseguida por este gobierno socio-comunista.

Pero es que además este gobierno —sin cabeza ni horizonte energético— pretende que en 2027 comiencen a desconectarse las centrales nucleares en España hasta que en 2035 no exista ninguna instalación generando energía eléctrica.

Teniendo en cuenta que existen 20.000 MW que deben sostenerse entre el consumo mínimo (20.000 MW) y máximo (40.000 MW) de consumo diario con energías seguras y que la energía solar y eólica dependen de la climatología y, por tanto, no son seguras, deberíamos hacer un análisis de la importancia de mantener las fuentes de generación de energía hidroeléctrica que tienen capacidad hasta 20.000 megavatios.

El problema es que este gobierno sin formación técnica odia las energías seguras como la hidroeléctrica o la nuclear, cuando son clave en un mix energético donde España va al abismo y la oscuridad por una ideología energética fanática donde Sánchez se ha creído los postulados de los ecologistas también fanáticos que han demonizado las nucleares e hidroeléctricas. Si seguimos así, en el año 2035 viviremos apagones, no solo en las industrias, sino también en nuestros hogares y, por supuesto, la empresa privada buscará emplazamientos mejores en otros países, tal y como estamos viviendo estos días en el municipio de Tres Cantos (Madrid).

  • Daniel Portero de la Torre es diputado de la Asamblea de Madrid