Egotismo
Esa paralización momentánea de nuestro órgano de naturaleza muscular que actúa como impulsor de la sangre, observa cierta conmoción emocional cuando escucha a un hijo, pronunciar la palabra mami o papi
Los límites del ser humano son impredecibles.
Observar a las personas es un deporte considerado de segunda competencia y a veces se penaliza equiparándolo a la intromisión en la vida de los demás.
Observar a las personas es una fuente de conocimientos de riqueza inigualable.
El ser humano no debe parar de aprender. Se aprende de los libros y de las personas.
En este año que estamos comenzando no podemos dejar de observar la inigualable preponderancia que muchos familiares, amigos conocidos y desconocidos están dando en sus vidas a los perros.
Podemos observar por la calle, en las familias y en las amistades la atención y crédito que muchas personas sienten por los perros.
Yo les diría a esas personas que dicen y comentan que un perro les hace ser felices que parasen su mente a reflexionar sobre un sentimiento insuperable:
La emoción incomparable y única que siente el corazón de un padre o una madre al ver y escuchar la voz de un hijo.
Esa paralización momentánea de nuestro órgano de naturaleza muscular que actúa como impulsor de la sangre, observa cierta conmoción emocional cuando escucha a un hijo, pronunciar la palabra mami o papi.
No me valen las excusas de que no se puede ser padre o madre porque la vivienda es cara y los sueldos son bajos.
La reflexión psicológica de anteponer el dinero para viajar y anteponer tener un perro en casa, en lugar de un hijo, tiene una denominación propia: egoísmo.
Mi edad y mis reflexiones me llevan a no adecuarme a observar por qué se deja la religión católica y se afianza cada vez más el egoísmo de no atenerse a ninguna regla de moral y de valores en una sociedad que cada vez está mucho más inmersa en el individualismo y la dejadez en ocuparse de las personas allegadas y de los familiares.
En nuestra sociedad actual está emergiendo el culto y la veneración al espacio aéreo para trasladarse de un lugar a otro.
Una de las mayores felicidades de los jóvenes es volar de un país a otro país, de un continente a otro continente.
El precio de los billetes de avión es elevado, pero eso no es obstáculo para emplear el dinero en realizar viajes continuos con los beneficios generados por el trabajo personal y la valía profesional.
Volar es el premio que la generación de principios de este siglo XXI prefiere y opta por conseguir.
No consigo oír voces que impregnen de causa formal dentro de las familias a valorar el sacrificio de ser padre o madre para generar grandes profesionales con valores morales.
¿Dónde podemos escuchar la necesidad perentoria de generar familias y fomentar el amor entre un hombre y una mujer para crear hogares con raíces cristianas?
Durante veinte siglos en el mundo se ha procreado y los seres han amado a madre y padre.
Se ha sentido verdadero amor por la figura de la madre y del padre.
Durante veinte siglos los países hemos conmemorado en la Navidad el momento en que El Redentor vino al mundo.
¿Qué está causando la banalización de la sociedad?
Es un término que causa preocupación entre las personas mayores pertenecientes a las generaciones anteriores.
Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, hace atender desmesuradamente el propio interés, sin cuidar el de los demás.
El culto al cuerpo está realizando verdaderas obsesiones por estilizar la figura, y origina un presupuesto mensual que figura en los gastos fijos de la mayoría de las personas jóvenes y no tan jóvenes.
No tienen dinero para tener hijos.
Si tienen dinero para el gasto mensual que origina la asistencia diaria a un gimnasio y si pueden sobrellevar el gasto que genera el mantenimiento de los perros.
Nos hemos preguntado de donde proviene este movimiento existencial basado en el individualismo y el egocentrismo?
Poner mayor énfasis en la profundidad que en la complejidad derivamos inevitablemente hacia la metáfora que narra el proceso, pero deja intacta la solidaridad.
Toda realidad es el resultado de condiciones existentes y el embrión de lo que ha de ser.
Si ignoramos esto y nos empeñamos en limitar nuestro análisis al estado actual, no tardaremos en descubrir que nos hemos confinado en la abstracción y el dato estadístico.
Si pretendemos estudiar en nuestro país la estructura económica de la sociedad, comercio internacional, influencia del gobierno y otros datos semejantes, nos dirán lo que la sociedad es en este momento, e incluso nos permitan proyectar lo que será mañana, pero sin conocer su historia no podremos determinar porque ha llegado a ser lo que es
El ser humano tiene que pensar.
Los problemas se solucionan a base de pensar posibilidades para resolver una dificultad o un problema.
Pararse a pensar y analizar la vida, equivale a ser persona responsable, sin ánimo de posibilidad egoísta.
Desde el momento en el que comenzamos a vivir humana y responsablemente, descubrimos que nuestra vida aparece de modo disyuntivo, dentro de un mundo, en el que las realidades son tu vida, la vida de los demás y nuestra vida.
La vida es un constante encuentro con la realidad.
- Conchita García Polledo es filóloga