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La escritora Emily StimpsonEditorial

Santos veganos y quesos divinos: así es el libro que te hará rezar mientras pones la mesa

La estadounidense Emily Stimpson Chapman plantea en La mesa católica una mirada muy original sobre la relación entre la comida, la comunidad y la fe

¿Hay algo divino en un trozo de queso? La escritora Emily Stimpson Chapman lo tiene claro: para la estadounidense, hay una relación directa entre Dios y el queso. O el tocino, o las naranjas. Incluso las coles de Bruselas, dice la autora de La mesa católica, un divertido y fascinante ensayo sobre la relación entre comida y fe que acaba de publicar en español CEU Ediciones, con traducción de Aurora Pimentel.

«La comida –escribe Stimpson Chapman– no es solo una cuestión de calorías y grasas. Tiene que ver con Dios, con la comunidad, con la vida». Para la autora, la comida, tan cotidiana, resulta una oportunidad única para relacionarnos con lo divino, y por ello en esta obra aborda temas como la diferencia entre ayuno y dieta, las virtudes que uno puede ejercitar en la mesa o qué significa eso de «santificar las fiestas» y qué tiene que ver con los banquetes.

«En la Iglesia católica siempre tenemos motivos para festejar, lo cual es magnífico para alquien a quien le gusta organizar fiestas tanto como a mí», celebra la autora en el libro. Stimpson Chapman escribe con sentido del humor y frescura, sirviendo sus ideas como un chef experimentado serviría su menú: una tras otra, con breves anécdotas que refrescan el paladar entre reflexiones. ¿Por ejemplo? Ahí está la dulce ironía del santo patrón de los cocineros, San Antonio de Egipto: un asceta del siglo IV... que vivía con más restricciones que un vegano, ¡sin más bocado que un humilde trozo de pan!

Entre la obesidad y la anorexia

El libro de Stimpson Chapman nace en una sociedad, la de EEUU, que da bandazos entre comer demasiado y comer demasiado poco. Entre la obesidad –dos de cada tres estadounidenses sufren sobrepeso– y la sensación de culpa extrema por un trozo de pizza a destiempo. De hecho, la autora conoce bien esta sensación: como explica en las páginas de La mesa católica, ella misma tuvo que afrontar un trastorno alimenticio del que salió gracias a la Eucaristía.

«De repente lo entendí», señala: comprendió que comer es el acto que conecta a los católicos con Jesucristo, la comunión más íntima. La revelación cambió su manera de entender la comida, y propició que comenzara un camino de sanación que recoge en el libro. En este proceso de curación que vivió la autora, jugó un papel fundamental algo que los mediterráneos entienden muy bien: el gozo de compartir la mesa.

«Algunos recelan de la comida; otros la idolatran», escribe la autora, quien contrapone las imágenes del trabajador que apura un sandwich apresurado sobre el PC con la de la familia que prepara la mesa en casa para sus amigos. «En torno a la mesa no solo comemos. Hablamos, reímos y nos miramos a los ojos. Crecemos en amistad y amor con el pan compartido», añade la estadounidense.

En definitiva, La mesa católica es a la vez un tratado muy original de teología del cuerpo, un conjunto de reflexiones sobre la comida que llamará la atención a más de uno y un divertido abanico de anécdotas y milagros culinarios. Entre tanta santidad, no obstante, los editores confiesan que sobre Stimpson Chapman aún pesa un «pecado» imperdonable: la americana todavía no ha probado el jamón ibérico.

Portada de la última obra de Emily Stimpson ChapmanCEU Ediciones