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El Papa Francisco alienta a toda la Iglesia a participar en este camino de sinodalidad

El Papa Francisco alienta a toda la Iglesia a participar en este camino de sinodalidadEFE

El Papa Francisco inaugura el nuevo Sínodo: «La participación de todos es un compromiso eclesial irrenunciable»

La apertura del Sínodo supone un nuevo reto para la Iglesia a la hora de encontrar las vías para caminar juntos en el siglo XXI

«Estoy seguro de que el Espíritu nos guiará y nos dará la gracia para seguir adelante juntos, para escucharnos recíprocamente y para comenzar un discernimiento de nuestro tiempo, siendo solidarios con las fatigas y los deseos de la humanidad», con estas palabras el Papa Francisco inició el sábado su mensaje a los participantes en el momento de reflexión previo a la apertura oficial del Sínodo de los Obispos.

Francisco subrayó al comienzo de su mensaje que  los católicos «estamos llamados a la unidad, a la comunión y a la fraternidad (…) Por eso, caminamos juntos en el único Pueblo de Dios, para hacer experiencia de una Iglesia que recibe y vive el don de la unidad, y que se abre a la voz del Espíritu».

«Quisiera decir que celebrar un Sínodo siempre es hermoso e importante, pero es realmente provechoso si se convierte en expresión viva del ser Iglesia, de un actuar caracterizado por una participación auténtica», afirmó Francisco ante el resto de sus colegas obispos. 

Mensaje del Papa Francisco ante el comienzo del Sínodo que se prolongará hasta 2023

Comunión, participación y misión

« Las palabras clave del Sínodo son tres: comunión, participación y misión». A través de la comunión y de la misión, la Iglesia «contempla e imita la vida de la Santísima Trinidad, misterio de comunión ad intra y fuente de misión ad extra», ha remarcado Francisco. 

Por otro lado, el Sumo Pontífice ha recordado a san Juan Pablo II dijo que él «quiso reafirmar que la naturaleza de la Iglesia es la koinonia; de ella surge la misión de ser signo de la íntima unión de la familia humana con Dios”, y para que los sínodos sean fructíferos deben estar bien preparados y «es preciso que en las Iglesias locales se trabaje en su preparación con la participación de todos».

El Papa ha insistido en la importancia de la participación como mecanismo para una auténtica praxis sinodal en la Iglesia: «Si no se cultiva una praxis eclesial que exprese la sinodalidad de manera concreta a cada paso del camino y del obrar, promoviendo la implicación real de todos y cada uno, la comunión y la misión corren el peligro de quedarse como términos un poco abstractos». 

¡La participación de todos es un compromiso eclesial irrenunciable!Papa Francisco

Antonio Olivié analiza el proceso sinodal que arranca esta semana

El camino sinodal: riesgos y oportunidades

Para el obispo de Roma, el Sínodo es una gran oportunidad «para una conversión pastoral en clave misionera y también ecuménica»; sin embargo, «no está exento de algunos riesgos», como son el formalismo, el intelectualismo y el inmovilismo.

El Papa subraya el peligro de reducir el sínodo a un acto formal, pero sin «sustancia». Necesitamos, dice, «los instrumentos y las estructuras que favorezcan el diálogo y la interacción en el Pueblo de Dios, sobre todo entre los sacerdotes y los laicos».

Para hacer posible esto, se hace necesario transformar, insiste Francisco, «ciertas visiones verticalistas, distorsionadas y parciales de la Iglesia, del ministerio presbiteral, del papel de los laicos, de las responsabilidades eclesiales, de los roles de gobierno».

El segundo riesgo es el intelectualismo, que puede convertir el Sínodo en «una especie de grupo de estudio». Este hecho, añade el Papa, puede alejarnos «de la realidad del Pueblo santo de Dios y de la vida concreta de las comunidades dispersas por el mundo».

Por último, dice Francisco, «puede surgir la tentación del inmovilismo. Es mejor no cambiar, puesto que «siempre se ha hecho así» y añade que «el riesgo es que al final se adopten soluciones viejas para problemas nuevos».

Un tiempo de gracia llamado a dar fruto

«Vivamos esta ocasión de encuentro, escucha y reflexión como un tiempo de gracia que, en la alegría del Evangelio», dice el Papa, para de este modo, «encaminarnos estructuralmente hacia una Iglesia sinodal»,  para que la esposa de Cristo sea un «lugar abierto donde todos se sientan en casa y puedan participar».

Para que se pueda dar con fruto este nuevo Sínodo es fundamental la escucha y la cercanía, para acoger «en las diversas partes del mundo, las urgencias de renovación de la vida pastoral y las señales que provienen de las realidades locales», aseveró Francisco, que llamó a todos los miembros de la Iglesia a «hacerse cargo de las fragilidades y las pobrezas de nuestro tiempo, curando las heridas y sanando los corazones quebrantados con el bálsamo de Dios».

Tenemos necesidad del Espíritu, del aliento de Dios, que libera de toda cerrazón, revive lo que está muerto, desata las cadenas y difunde la alegríaPapa Francisco

Para transitar por este nuevo camino, el Papa reclama volver «al estilo de Dios», que no es otro que «la cercanía, la compasión y la ternura. Esto es lo que Dios ha hecho siempre. Si no acudimos a esta Iglesia de proximidad con actitudes de compasión y ternura, no seremos la Iglesia del Señor». 

En última instancia, Francisco invitó a los asistentes a considerar el Sínodo como «un tiempo habitado por el Espíritu (…) porque tenemos necesidad del Espíritu, del aliento siempre nuevo de Dios, que libera de toda cerrazón, revive lo que está muerto, desata las cadenas y difunde la alegría. El Espíritu Santo es Aquel que nos guía hacia donde Dios quiere, y no hacia donde nos llevarían nuestras ideas y nuestros gustos personales».

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