Doce años de persecuciones indiscriminadas a los cristianos en el mundo
Según el último informe Pew Research Center, los cristianos son el grupo religioso más perseguido en la última década. Argelia, China, Irán, Iraq, Sudán o Rusia, encabezan la lista de países más restrictivos
los cristianos llevan doce años consecutivos siendo el grupo religioso más perseguido en el mundo. Estas son las cifras que se desprenden del último informe del Pew Research Center (PRC) sobre libertades religiosas y esto es lo que lleva denunciando en los últimos años la institución pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Precisamente, en la tarde de ayer, Raquel Martín, responsable de comunicación de ACN en España, abordó a propósito de la participación del patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, en Encuentro Madrid, la realidad de muchos hermanos en la fe. «Sabemos que la mayoría de cristianos en Oriente Medio es una minoría, no llega al tres por ciento. Sin embargo, a final del siglo XX eran el 20 %. Las condiciones de los cristianos en estos territorios es de hostilidad. Están mal vistos, los quieren expulsar, son enemigos. Hace nada ha ocurrido un genocidio en la llanura del Nínive».
Acoso directo en 153 países y subiendo
Las cifras son alarmantes. De las comunidades religiosas datadas en el informe, los cristianos sufrieron acoso en 153 países, lo que hace que sea el grupo con más dificultades para ejercer su credo desde 2007, precisamente desde que se empezó a elaborar el Pew. En cualquier caso, lejos de haber experimentado en estos últimos lustros una mejora en las condiciones de los cristianos en el mundo, la situación no ha hecho sino empeorar. De los 107 países que estaban en la lista negra en lo que a libertad de culto se refiere, hay que sumar 91 naciones más que persiguen, con mayor o menor grado de virulencia, la fe en Cristo. En total, 198 países de los 243 reconocidos como tal. En buena parte, los responsables directos de esta situación son los gobiernos.
De hecho, el informe Pew señala que el 29% de las naciones aplica directamente restricciones, abusos y violencia a los cristianos. Si bien se han reducido las hostilidades sociales o los actos de grupos armados, las limitaciones por parte de los gobiernos están cada vez más en boga . Estas restricciones, señala el informe, incluyen «leyes, políticas y acciones oficiales que infringen las creencias y prácticas religiosas de grupos o individuos dentro de un país» que interfieren en las labores de predicación, adoración, dispensación de los sacramentos, creación de escuelas, seminarios y templos.