Pierbattista Pizzaballa, patriarca de Jerusalén: «La situación de Gaza es vergonzosa»

Duras declaraciones del patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, dirigidas a la comunidad internacional sobre la situación que está viviendo Gaza. «No se puede pretender que dos millones de personas paguen el precio de las luchas políticas. Tienen derecho a tener un mínimo de vida normal. Es una bomba de relojería, no puedes tener a esta población encerrada así», aseguraba el religioso franciscano que participó en una de las ponencias de clausura de EncuentroMadrid 2021, el espacio de diálogo entre la cultura, el pensamiento y la fe que organiza anualmente el movimiento católico Comunión y Liberación.

Para el patriarca de Jerusalén, a día de hoy, la unidad es de las pocas vías que pueden existir para desactivar el conflicto que lleva años desquebrajando la convivencia entre israelíes y palestinos. 

A través de una entrevista mantenida con el director editorial de la cadena Cope, José Luis Restán, Pizzaballa reconoció que Tierra Santa  «es una tierra muy cansada de conflictos, no solo políticos, porque la mentalidad de la violencia y del antagonismo acaba convirtiéndose en una cultura, en una manera de relacionarse» que resulta «fatigosa» y que está generando tensiones hasta dentro de la propia comunidad cristiana, minoritaria en Isrel. 

Tierra Santa, lugar de contradicciones 

En un país con un 20% de población árabe y donde por primera vez un partido islámico ha entrado en el Parlamento, es necesario, dice el patriarca de Jerusalén, tener una perspectiva esencial que permita que todos los pueblos y naciones congregadas en el país mediterráneo puedan vivir en paz, que «todas las confesiones puedan sentirse en su casa». Para ello, las realidades implicadas, dice Pizzaballa, deben de trabajar en saber que otras visiones sobre Jerusalén existen «sin la presunción de que cada uno imponga la propia. Es muy importante que los líderes religiosos tengan una mirada libre sobre la ciudad. Jerusalén es inclusiva, no exclusiva». 

Para Pierbattista Pizzaballa, la situación de Oriente Medio es «dramática» pues está viviendo movimientos migratorios de forma «violenta» –poniendo como ejemplos lo que están viviendo Iraq y Siria– «donde el porcentaje de cristianos se ha reducido drásticamente». Las familias cristianas que arriban a Tierra Santa necesitan, a juicio del patriarca de Jerusalén, «tomar conciencia» de su realidad minoritaria, de su presencia en la vida pública en relación con los judíos y musulmanes.

Por último, el patriarca latino de Jerusalén, el máximo representante de la Iglesia católica en este territorio, quien lleva desde el comienzo de su vida religiosa vinculado a Tierra Santa, ha reconocido que estar ahí le ha confrontado no solamente su vocación sino «también a reconsiderar mi fe en un contexto interreligioso, ecuménico, en el que hay tantas preguntas y sospechas sobre nosotros». 

En cualquier caso, Pizzaballa no se muestra pesimista, aunque sí realista, sobre la situación de los cristianos en Tierra Santa, y ha mostrado su admiración hacia aquellos convencidos que «creen que el conflicto se puede resolver, que ponen pasión y entusiasmo porque en el corazón hay una fuerza, que es la esperanza, que los mueve a ir más allá, a no pararse en lo evidente, a tener fe en que hay una presencia que ha cambiado el mundo».