Medjugorje, el documental que responde a escépticos y convencidos sobre los `milagros´ marianos

Hace unos cuantos años la palabra Medjugorje no significaba nada para la mayoría de los católicos. Ni siquiera sabían que es un pueblo en las montañas de Bosnia Herzegovina. Hoy es raro el católico que no conozca a alguien que haya estado de peregrinación en Medjugorje. Se multiplican las historias de conversión, y muchos de los que vuelven del santuario lo hacen conmovidos y afectados. Los que no experimentan esa emoción reconocen al menos que allí se respira una atmósfera impactante de sincera religiosidad. En los cuarenta años que han pasado desde el comienzo de las supuestas apariciones, la autoridad de la Iglesia no las ha dado por ciertas aun, y aunque no sabemos si lo hará, lo cierto es que Roma, en mayo de 2019, levantó la prohibición de las peregrinaciones diocesanas. En el ámbito del episcopado hay opiniones para todos los gustos: desde los que miran con creciente simpatía el fenómeno, a los que dudan seriamente de la verdad de las apariciones. Un abanico de pareceres que también se da entre los fieles.

En este marco, hacer una película documental sobre Medjugorje, con la intención de llegar al mayor número de espectadores, es una decisión arriesgada. Si la película se escora con entusiasmo hacia un lado o hacia el otro, puede escocer a la mitad que no se sienta representada. Y por ello la cinta del periodista Jesús García es especialmente significativa: ha encontrado un equilibrio que está llevando a muchos espectadores a las salas. Jesús García es el presidente de la Fundación GOSPA ARTS, productora del film, una plataforma de proyectos evangelizadores. Él conoció Medjugorje en 2006, cuando viajó allí para realizar un reportaje periodístico por encargo. La experiencia que vivió en el santuario fue tan intensa que ahora la comparte con el público a través de este film. Le acompaña en la aventura cinematográfica Borja Martínez-Echevarría, ganador del III Premio Abogados de Novela.

La película está estructurada en varios capítulos ordenados pedagógicamente. El primer acierto del documental es su valor informativo, ya que parte de una cronología de las supuestas apariciones en la época del represivo y ateo régimen comunista de Tito, de forma que el espectador cuente con el contexto necesario para ubicar correctamente el fenómeno. A continuación se nos presenta a cada uno de los videntes, se analizan los mensajes y secretos atribuidos a la Virgen, y –muy importante– se describe la evolución de la posición oficial de la Iglesia. En una segunda parte se nos ofrece un rosario de testimonios, algunos muy llamativos, de personas convertidas o cambiadas tras su peregrinación al santuario, como es el caso de Tamara Falcó o María Vallejo-Nágera. Además, el film cuenta con imágenes de archivo de gran calidad, y el ritmo de montaje permite seguir sin cansancio una cinta de dos horas de duración.

El resultado es una película que, independientemente de la posición del espectador, aporta conocimiento sobre el hecho, y también permite acercarse a distintas experiencias humanas. Dicho de otra manera: muestra lo que hay. El público decidirá cómo lo valora. Estamos ante un trabajo periodístico de primera magnitud,… aunque sea cine. Sin duda merece la pena.