Rafael Sánchez Saus: «La cultura de la cancelación, de la corrección política, es contraria al legado cristiano»

Del 12 al 14 de noviembre tendrá lugar en la Universidad San Pablo CEU  de Madrid la vigesimotercera edición del Congreso Católicos y Vida Pública. 

Una nueva cita con la actualidad desde el ámbito académico, político, económico, religioso, artístico y social que pretende arrojar luz y marcar una línea de actuación hacia uno de los grandes retos que, a juicio de Rafael Sánchez Saus, ya ha trascendido la esfera de `pensamiento´ y `propuestas´ de grupúsculos minoritarios, como es la corrección política y la cultura de la cancelación. 

–¿Qué está aconteciendo en nuestra sociedad para que la ACdP haya marcado en esta nueva edición del Congreso a la corrección política como una realidad a abordar? 

–Hay un debate cancelado como consecuencia de la corrección política. Sus principios ideológicos, sus fundamentos, su forma de operar, está fomentando una tiranía mediática a la que debemos dar respuesta. La

La oportunidad de este Congreso viene marcada por todas esas circunstancias. En los últimos tiempos, cada vez con más insistencia, intelectuales del mundo académico y artístico, están siendo sometidos a censura. Esto está generando una reacción entre personas autorizadas a las que queremos escuchar durante este fin de semana.  Lo que hasta hace unos años no eran más que un conjunto de propuestas más o menos deslavazadas son ahora, como señalaba el arzobispo de Los Ángeles en la presentación del Congreso, monseñor Gómez, «un credo social, una pseudorreligión» con nuevos dogmas e inquisiciones. Es por ello que, desde el punto de vista de la Iglesia, estas ideologías, son contrarias al legado cristiano y suponen un obstáculo cada vez mayor porqué dificultan a la evangelización y son contrarias a sus principios. 

–Entre las distintas conferencias que van a copar este Congreso, hay una en particular, a cargo de María San Gil, que va abordar las nuevas ideologías en la vida española. ¿Qué conclusiones esperáis obtener de este mapa ideológico en nuestro país? 

–En primer lugar, señalar aquellas tesis  que conforman España y que se están expresando, por ejemplo, en la educación.  Es destacable la falta de libertad y la forma en que se están dando las negativas a los padres para poder elegir la manera de educar a sus hijos. Estamos viendo la penetración de la ideología de género en este aspecto y también en la legislación sobre la familia. 

También la interpretación del multiculturalismo, que se está convirtiendo en un emigracionismo, es algo que nos afecta, y mucho. Creo que hay elementos en la vida española donde la corrección política, en este momento que atravesamos, está siendo cada vez más protagonista desde la llegada de este gobierno social-comunista, aunque viene de mucho más atrás. Porque la ideología de género, que ha impregnado el discurso político, legislativo y académico, no es cosa de dos o tres años. 

–El Papa Francisco y sus obispos han señalado en reiteradas ocasiones la necesidad de unidad entre los católicos en este momento en el que nos encontramos de la historia. ¿De qué manera este Congreso va a estar en comunión con el resto de la Iglesia? 

–El Congreso siempre se ha caracterizado por su afán de unir las distintas iniciativas  y sensibilidades de la Iglesia, proyectándolo con acciones conjuntas. Eso se articula en un Manifiesto que sacamos todos los años y después, nosotros, dentro de las posibilidades de la ACdP, invitamos a muchas realidades de Iglesia a pronunciarse y participar sobre el tema que hemos elegido durante la última edición del Congreso.

La actividad de la Iglesia es tan abarcadora y proteica en todos los ámbitos que no pretendemos abarcar todo pero sí queremos llevar a cabo propuestas y acciones que nos permitan trabajar juntos. 

–De forma paralela al Congreso, los jóvenes se reúnen y participan en talleres y charlas enfrentando el tema principal que se abordan en las conferencias de estos días. ¿Cuál es su rol hoy por hoy? 

–La invitación fundamental que trasladamos a los jóvenes es el interés por la verdad, otra de las grandes denostadas por la corrección política.

Queremos que se preocupen por encontrar la verdad y una vez en esa tarea, que la lleven a sus vidas.

Al final son como salmones a contracorriente, que aunque no `quieran´ acometer el enorme esfuerzo de remontar el río, de superar obstáculos, tienen que luchar contra todo lo que se les ponga por delante para cumplir su misión.

Esta imagen nos viene muy bien a todos, no solamente a los jóvenes. Además, cabe reseñar que nosotros no queremos estar contra el mundo o las creencias de la sociedad. Lo que sí queremos ser es auténticos católicos y eso no lo vamos a dejar de de lado y si tenemos que ir a contracorriente, iremos contracorriente. Ese es el mensaje: no tener miedo de estar señalados de tantas maneras por ser auténticos y comportarse como lo que realmente son. Cristianos en el mundo de hoy.