Crisis humanitaria en la frontera de la UE
Cáritas Polonia: «Mientras dure la crisis, estaremos con los necesitados»
Las Tiendas de la Esperanza se han instalado en siete parroquias de la archidiócesis de Białystok. Recogen alimentos, ropa, mantas y todo lo necesario para ayudar a los migrantes en la frontera
Desde septiembre, el valor de la ayuda prestada por la Cáritas polaca para apoyar a los inmigrantes en Polonia ascendió a más de un millón de zlotys, más de 210.000 euros.
«Mientras dure la crisis, estaremos con todos los necesitados. En nuestras actividades de Cáritas tratamos de recordar a todos los grupos afectados por la crisis: los migrantes y los refugiados, las personas que viven en estas zonas y los servicios», dijo el padre Marcin Iżycki, director de la Institución caritativa de la Iglesia católica en Polonia.
Iżycki aprovechó la rueda de prensa en Podlipki, en el Voivodato de Podlasie, para recordar la importancia de la colecta en Misa para asistir a los migrantes y refugiados en las iglesias de toda Polonia. De este modo, Cáritas responde al llamamiento del presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, el arzobispo Stanisław Gądecki, que hace tan solo unos días instaba a los feligreses a aportar su grano de arena para mejorar las condiciones de los más necesitados.
La voz de los testigos en primera línea
El franciscano Cordian Szwarc, participó directamente en las actividades de Cáritas Polska en la frontera durante estas últimas semanas. El sacerdote destacó que las comunidades parroquiales han intentado responder a la crisis desde el principio y que Cáritas quiere apoyar estos esfuerzos. «Llevamos dos semanas aquí y podemos ver que las personas que forman estas parroquias son gente buena, gente sencilla y buena», dijo Szwarc.
Agregó, a su vez, que cada vez que los residentes se encontraban con migrantes que pedían comida, bebida o ropa, les ayudaban de corazón. «Hay una reacción muy diferente ante una persona que pide ayuda con la mano extendida, y una reacción muy diferente cuando ves a varios miles de personas reunidas en la frontera y presentadas de esta manera», dijo el también subdirector de Cáritas Polska. Antes de terminar su intervención, Szwarc remarcó la situación de las comunidades locales, aisladas por el estado de emergencia decretado por el Gobierno polaco, que están preocupadas por su seguridad. Aprovechó, a su vez, para agradecer el trabajo de la policía y los militares, esperando que puedan seguir colaborando de forma fructífera ante el conflicto migratorio. «Todas las actividades que consistan en fortalecer esta buena relación y que estén a nuestro alcance, bienvenidas sean», afirmó Cordian Szwarc.
«No distinguimos entre las personas, sea cual sea su religión o nacionalidad»
Jerzy Sęczek, director de la Cáritas de diocesana de Białystok, agradeció la actitud de los residentes. Dijo que, aunque los católicos son minoría en algunos de los lugares donde se presta ayuda, esto no afecta al trabajo de Cáritas. «No distinguimos entre personas de cualquier religión o nacionalidad, ayudamos a todos los necesitados», aseguró el Sęczek, para reiterar el apoyo y cooperación con la Guardia de Fronteras desde el comienzo de la crisis, apoyando a los migrantes que lo necesitan. El padre Sęczek destacó que los funcionarios, que a menudo son miembros de las parroquias locales, recogían productos de primera necesidad en sus iglesias y los entregaban directamente a los migrantes.
Por su parte, Grzegorz Kowalczuk, coordinador del proyecto Tiendas de la Esperanza, habló de la importancia de los esfuerzos conjuntos para ayudar en la frontera. «Es importante analizar las necesidades. Ayer en Hajnówka queríamos abrir un punto local, resultó que hay una iniciativa de ayuda local (...) Nuestra tarea es simplemente apoyar cualquier acción que sea buena y que conecte», dijo Kowalczuk.
Cáritas Polska, ante la posibilidad del enquistamiento de la crisis humanitaria, ha reiterado que está dispuesta a ayudar a los migrantes a largo plazo. Hasta la fecha, en los últimos dos meses, los centros para extranjeros en Polonia han triplicado el número de plazas ante la avalancha de personas empujadas por el régimen de Lukashenko.