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El Papa Francisco se reúne con el arzobispo ortodoxo de Atenas, Ieronymos IIEFE

El Papa pide que católicos y ortodoxos no «se atrincheren» en sus tradiciones

Tras despedirse de Chipre, el Papa llegó esta mañana a Atenas. Tanto las autoridades civiles como las religiosas de Grecia, un país de mayoría ortodoxa, recibieron al Papa Francisco en un clima de confianza y respeto. Un paso más para la unidad de los cristianos

El encuentro del Papa Francisco con el arzobispo ortodoxo de Atenas, Ieronymos II, en la tarde del sábado ha sido una nueva oportunidad para reforzar el camino de unidad entre católicos y ortodoxos. El obispo de Roma insistió en fomentar el espíritu de comunión y no «atrincherarse» en «las tradiciones propias y las especificidades de cada uno».

En un clima de hospitalidad y de mutuo respeto, el Papa Francisco aseguró que «el Espíritu que se derrama en las mentes nos impulsa en efecto a una fraternidad más intensa, a estructurarnos en la comunión». Todo ello como forma de superar la memoria de afrentas históricas «que poco tienen que ver con Jesús y con el Evangelio» y por las que pidió perdón.

El Papa consideró una contradicción interna el que haya división entre los cristianos. Por eso se preguntó «¿Cómo podemos dar testimonio al mundo de la concordia del Evangelio si nosotros, cristianos, todavía estamos separados? ¿Cómo podemos anunciar el amor de Cristo, que reúne a las gentes, si no estamos unidos entre nosotros?».

Durante su encuentro con el líder ortodoxo de Grecia, el Papa Francisco animó a «desarrollar juntos formas de cooperación en la caridad. Abrámonos y colaboremos en cuestiones de carácter ético y social para servir a los hombres de nuestro tiempo y llevarles la consolación del Evangelio».

Las palabras de Su Beatitud Ieronymus II fueron afectuosas con el Obispo de Roma, al destacar que desde el comienzo de su ministerio ha demostrado que «no ha venido para ser servido, sino para servir». También él animó a continuar el diálogo para fomentar la unidad de los cristianos.

Contra la tentación del triunfalismo

Tras la visita ecuménica al arzobispo de Atenas, el Papa Francisco mantuvo un encuentro con la comunidad católica en la catedral de San Dionisio de Atenas. Una diócesis con una población de seis millones de habitantes, de los que cerca de 100.000 son católicos. Se trata de una minoría en un país predominantemente ortodoxo. Por ello el Papa aseguró que «ser minoría no quiere decir ser insignificantes, sino recorrer el camino que abrió el Señor, que es el de la pequeñez, el de la ‘kenosis’, el abajamiento y la condescendencia».

En esta línea, el pontífice recordó que como Iglesia «no se nos pide el espíritu de la conquista y de la victoria, la magnificencia de los grandes números, el esplendor mundano. Todo eso es peligroso, es la tentación del triunfalismo. A nosotros se nos pide que sigamos el ejemplo del granito de mostaza», afirmó Francisco.

Ante esta pequeña comunidad cristiana, el Papa animó a vivir «la actitud de acogida, el estilo de la hospitalidad, un corazón animado por el deseo de crear comunión en medio de las diferencias humanas, culturales y religiosas».

Una Democracia que retrocede

En la mañana del sábado, el Papa fue recibido por la presidenta de la República de Grecia, Katerina Sakelaropulu, en el palacio presidencial, donde también encontró al primer ministro. En el curso del discurso a las autoridades políticas y militares, Francisco elogió la importancia del país como cuna de la Democracia.

En este marco, el pontífice se mostró preocupado por «el retroceso de la Democracia», con políticas que no miran al bien común ni dan prioridad a los más débiles. En su opinión, «el remedio a esto no está en la búsqueda obsesiva de popularidad, en la sed de visibilidad, en la proclamación de promesas imposibles o en la adhesión a abstractas colonizaciones ideológicas».

El Papa animó a ver la cuestión migratoria como algo positivo, ya que «más que un obstáculo para el presente, representa una garantía para el futuro, de modo que sea signo de una convivencia pacífica para cuantos se vean forzados a huir en busca de un hogar y de esperanza».

En la mañana del domingo tendrá lugar el principal evento del viaje, la visita al campo de refugiados de Lesbos, donde escuchará testimonios de refugiados y voluntarios. Allí tiene previsto rezar el ángelus dominical.