La pastoral del Mar lleva el calor de la Navidad a los barcos y tripulantes del Puerto de Barcelona
El Apostolado del Mar de la archidiócesis catalana lleva un pequeño obsequio a los tripulantes con motivo de las fiestas navideñas
Durante estas fechas de encuentros familiares –si las condiciones sanitarias lo permiten– y de descanso, muchos siguen faenando para hacer la Navidad posible. Es así en el Puerto de Barcelona donde el trasiego de contenedores es constante y donde la actividad no se detiene. Es por ello que durante este periodo vacacional, en la Ciudad Condal, Stella Maris, el apostolado del Mar presente en las diócesis con salida al mar, se ha encargado de atender y ayudar a los marineros y trabajadores de la zona portuaria, «especialmente atareados» durante estas fechas.
«Los tripulantes que pueden salir al suelo nos piden el servicio de bus para salir a la ciudad y hacer compras y quienes no pueden salir nos encargan cosas para que les llevemos a bordo». Así lo explica en la página web del arzobispado de Barcelona el responsable de Stella Maris, el sacerdote Ricardo Rodríguez.
Por lo visto, reciben peticiones de todo tipo, algunas imprevistas como el de un pedido de veinticinco hamburguesas, para un grupo de marineros que pretendían hacer una fiesta. También, una de las demandas recurrentes en estos días de Navidad es la de las tarjetas SIM para comunicarse con la familia.
Un regalo para estar más cerca
Este año, debido a la situación actual de la pandemia, Rodríguez lamenta cómo, por segundo año consecutivo, no se ha podido celebrar con los marineros la tradicional misa de Navidad y la consiguiente fiesta en Stella Maris. Sin embargo, desde este apostolado no se han dado por vencidos y han querido llevar a cada barco un pequeño obsequio «para llevar la magia de Navidad entre tanto trasiego de trabajo».
El regalo en cuestión ha constado de un pequeño pesebre y adicionalmente, unos lotes de turrones, gracias a unos fondos recibidos de la International Transport Federation (ITF).
«Las tripulaciones lo han acogido con mucha alegría», expone Rodríguez, que asegura que el propósito «es que se sientan queridos, que se ha pensado en ellos».
El responsable de Stella Maris en Barcelona destaca cómo más que nunca en estas fechas, los marineros también necesitan vivir el calor de estas fiestas. «Navidad es una fecha muy significativa, donde la ausencia de la familia se nota especialmente. Desde el Port se ve una ciudad que se prepara para celebrar la Navidad y, aun muy cerca, de hecho, a bordo del barco, están lejos. En estas circunstancias, recibir la visita de unas personas que les felicitan la Navidad y les traen unos pequeños obsequios (pesebres y turrones), es para ellos muy gratificante», añade.