Entrevista al obispo electo de Calahorra y La Calzada-Logroño
Santos Montoya: «La función del obispo es no estorbar demasiado la labor del Espíritu»
El obispo electo de Calahorra y La Calzada-Logroño, habla desde Madrid, su actual archidiócesis, donde ejerce como auxiliar, sobre su nuevo destino y los retos que tiene por delante
En la mañana del 12 de enero, el obispo auxiliar de Madrid, Santos Montoya, anunciaba a los medios de comunicación que el Santo Padre le había encomendado la misión de hacerse cargo de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño.
Arropado por el resto de sus colegas en Madrid, el obispo José Cobo, Juan Antonio Martínez Camino, Jesús Vidal y el cardenal y arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, Montoya ha asegurado que recibió la noticia de su nombramiento «envuelto en el turrón», haciendo una alusión divertida a la noticia estas pasadas navidades.
La toma de posesión será el próximo 5 de marzo. Quedan atrás cuatro años desde que ascendió a la dignidad de obispo para apoyar a Osoro en el trabajo pastoral de Madrid.
Ha sido el propio cardenal quien ha señalado que «la riqueza hay que saber compartirla», en referencia al buen hacer de Montoya durante sus años de servicio a la archidiócesis que le despide, quien se ha mostrado agradecido por haber tenido esta experiencia episcopal en la capital española.
En un aparte tras la rueda de prensa, conversamos con el obispo electo de la diócesis riojana.
–¿Cómo aborda esta nueva aventura episcopal?
–Bueno. En primer lugar, agradecido por todo lo que me ha enseñado en Madrid don Carlos. También le doy las gracias al Santo Padre por su confianza para este nombramiento, que ha llegado como una especie de Adviento, abierto a lo que pueda surgir. Y, sobre todo, confiado y agradecido a esta diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, y al que ha sido su administrador apostólico, don Vicente Robredo. Me consta que esta es una diócesis viva, que funciona bien, con un rico patrimonio cultural, que indica que la fe en este lugar ha sido significativa.
–¿Cuál es el principal reto que tiene por delante?
–Nos encontramos en el momento eclesial que nos encontramos... Estamos viviendo una crisis vocacional, pero no sólo de las personas consagradas. Esta es una cuestión que nos preocupa porque sin sacerdotes no hay iglesia, pero la Iglesia no es solo de los sacerdotes. Tenemos que evaluar qué cortocircuito ha tenido lugar para que nos desenganchemos de ese torrente de Gracia. Y en esta tarea, estamos todos implicados porque todo bautizado tiene que saber qué se espera de él y en qué puede colaborar. En definitiva, estamos en una sociedad plural que nos requiere estar al tanto de las circunstancias pues somos enviados para estar en medio de esta realidad concreta. Sin embargo, si tuviera que destacar algo en particular, creo que una de las tareas principales del obispo es no estorbar demasiado a la labor del espíritu.
–¿Qué mensaje le manda a todas esas familias, afectadas en todos los planos por la pandemia, de Calahorra y La Calzada-Logroño?
–Es una situación desgraciada para todos. Lógicamente, quien esté más afectado tanto en la salud como en la economía, nos exigirá estar ahí, atentos. También tenemos que estar pendientes de las administraciones y ver cómo podemos colaborar juntos, aunque por nuestra parte, Cáritas debe ser una realidad subsidiaria. La Iglesia nunca va a dejar de hacer lo que tiene que hacer pero son las administraciones las que en un primer momento deben salir al paso de las necesidades de los ciudadanos y, nosotros, vamos a estar siempre ahí apoyando. Yo creo en esa buena relación, en la creatividad para paliar la crisis, pues la caridad es creativa. Vamos a ver cómo llegar a los distintos lugares donde haya necesidad, ver cifras, concretar situaciones que atender. Y, sobre todo, siempre ir reconociendo el plan pastoral ya establecido, el buen trabajo desarrollado y siempre agradeciendo a tantas personas que están colaborando para paliar los efectos de la crisis.
Es una gozada, un privilegio, la posibilidad de estar con el Santo Padre
–La semana que viene estará con el Papa Francisco en la visita ad limina del tercer grupo de obispos españoles. ¿Qué espera de este encuentro? ¿Volverán a reiterarle al Santo Padre que visite nuestro país aprovechando la Peregrinación Europea de Jóvenes a Santiago de Compostela en agosto?
–En mi caso, voy como como miembro de la delegación de esta última tanda de obispos españoles que corresponden a la diócesis de Madrid. La voz cantante, evidentemente, la llevará el cardenal Osoro y nosotros vamos como miembros de este equipo. Este tipo de encuentros no deja de ser una una aventura eclesial. Es una gozada, un privilegio, la posibilidad de estar con el Santo Padre y ver el funcionamiento de la curia vaticana, de los distintos dicasterio donde está previsto. Me imagino que de cara al Año Santo Compostelano seguro que le están llegando muchas solicitudes y por supuesto, nuestro cardenal estará encantado de que el Papa pueda acompañarnos en la peregrinación a Santiago.