Mumbiela, el obispo español en Kazajistán, teme «la infiltración de islamistas radicales»
El prelado aragonés, presidente de la Conferencia Episcopal de Kazajistán, ha analizado la situación del país a tenor de las últimas revueltas en un encuentro organizado por la Asociación ISCOM en Roma
El aragonés José Luis Mumbiela es desde 2011 obispo de Almaty, en Kazajistán, y presidente de la Conferencia Episcopal del país. Ha vivido muy de cerca las protestas y disturbios de los últimos días, con la sensación de que «el Gobierno no era capaz de mantener el orden público» y el miedo de la «infiltración de islamistas radicales en las protestas». Su casa está cerca del epicentro de las protestas, a pocos minutos del Ayuntamiento de la ciudad, lo que le ha permitido certificar la violencia de unos incidentes que han dejado al menos 200 muertos, según la versión oficial.
«Algo ha fallado en el sistema para que se produzcan este tipo de disturbios, que han desbordado la autoridad policial en Kazajistán. En parte porque las fuerzas de seguridad también sufren la presencia de elementos radicales», asegura Mumbiela. El hecho de que hubiera personas armadas y que los objetivos fueran precisos, deja a este obispo español la certeza de que no ha sido una revuelta espontánea. «Sabemos que se ha utilizado el malestar popular en beneficio de algunos intereses, aunque aún no sabemos quiénes estaban detrás».
El 30 % de los kazajos son cristianos
De hecho, Mumbiela relata que en algunos hospitales donde fueron atendidos algunos de los manifestantes heridos, el personal sanitario no lograba entender a los pacientes. «No hablaban ni ruso, ni kazajo, sino alguna lengua oriental que no ha sido identificada». Y aunque la realidad es que los manifestantes no atacaron ningún objetivo religioso, el temor de católicos y ortodoxos es la duda de «qué hubiera pasado con los cristianos si esos grupos lograban tomar el poder».
El hecho de que las tropas rusas hayan acudido en defensa de la autoridad en Kazajistán ha sido un motivo de tranquilidad para los cristianos. «La posibilidad de que vinieran de Rusia siempre es mejor que de Irán», asegura el obispo español.
En Kazajistán oficialmente viven cerca de 100.000 católicos, según las estadísticas oficiales, aunque el obispo de Almaty ve una realidad mucho más reducida. Asegura que en los grandes días de fiesta, en su diócesis asisten a Misa poco más de 1.100 fieles, lo que da idea de su carácter minoritario. Pese a ello, afirma que se trata «de una Iglesia que no deja de crecer y que tiene una relevancia institucional».
Mumbiela constata en este país de mayoría islámica, que fue parte de la Unión Soviética, la autoridad de la Iglesia Católica es importante. Supone un referente moral internacional y también un elemento político. «El Gobierno sabe que no solo somos una minoría, una realidad muy pequeña, sino que formamos parte de una estructura internacional muy respetada». Por ello, algunos ortodoxos le insisten al obispo para que ofrezca su visión de los hechos a la comunidad internacional.
Relación cordial con los ortodoxos
Católicos y ortodoxos mantienen unas excelentes relaciones en este país. Los cristianos constituyen el 30 % de la población y saben que mantenerse unidos les hace más fuertes. «El tono general es muy cordial, aunque haya determinados clérigos que no lo comparten. Pero con las autoridades ortodoxas, la relación es muy cordial y fraternal», ha asegurado Mumbiela de forma telemática en un encuentro organizado por la Asociación ISCOM en la ciudad de Roma.
El desafío ahora es saber si el actual gobierno, una vez que las tropas rusas han dejado el país, será capaz de mantener la autoridad y el control de la situación. Mientras tanto, los católicos agradecen la oración y el respaldo del Papa y de toda la comunidad internacional.