«Bergoglio debería haber escogido el nombre de Adriano como Papa»
Adriano VI fue regente de España con Carlos V, antes de ser elegido Pontífice. Un Papa reformista con un gran empeño en purificar la Iglesia de su tiempo
Hace 500 años, en enero de 1522, subía al trono pontificio el Papa Adriano VI. Había sido el preceptor del emperador Carlos V, quien lo promovió a la Santa Sede después de mantenerlo como obispo de la diócesis de Tortosa, en España. Uno de los grandes estudiosos de este prelado holandés, el profesor Paul Van Geest, asegura que «puso en marcha una reforma espiritual de la Iglesia, intentando que fuera más austera y coherente con el Evangelio».
A juicio del profesor Van Geest, «si Bergoglio hubiera conocido a Adriano VI y todo su empeño por purificar la Iglesia en aquellos tiempos, habría escogido ese nombre y no el de Francisco». El hecho de que su pontificado fuera muy breve, precedido y sucedido por dos miembros de la familia Medici, los banqueros de Florencia, imposibilitó que sus reformas se pudieran llevar a cabo.
La regencia de Adriano
Pocos conocen que Adriano de Utrech tuvo una fuerte vinculación a España antes de convertirse en Papa, hasta el punto de que en 1516 fue enviado por Carlos V como legado ante el cardenal Cisneros, regente tras el fallecimiento de Fernando el Católico. Años después, cuando Carlos V debe recibir en Alemania el nombramiento como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, deja a Adriano de Utrech como regente. Y es precisamente bajo la regencia de Adriano cuando se produce la revuelta de los comuneros de Castilla.
Pero antes que regente, Adriano fue profesor en la Universidad de Lovaina. Allí, según asegura el profesor Markus Graulich, insiste en que «el Papa no debe ser el ‘master’ del Señor, sino su servidor. El Papa no está por encima de la ley de Dios». Por ello se opone desde esa época a muchas dispensas matrimoniales y concesiones del Papa León X que no son coherentes con la fe.
Denuncia de la corrupción
Desde su cátedra en Lovaina, Adriano de Utrech denuncia la corrupción de la Rota romana y asegura –como lo hará el Papa Francisco hoy día– que la reforma de la Curia debe comenzar con la conversión personal. También después, en su primer discurso como obispo de Roma, reconoce los errores y la corrupción del Vaticano, que habían llevado pocos años antes a la revuelta de un clérigo llamado Lutero.
Adriano VI es elegido Papa en 1522 sin estar presente en el concilio. La influyente familia Colonna respalda el nombramiento del candidato del emperador, cuando aún está en España. Pero el problema es que, cuando meses después llega a Roma, se encuentra sin aliados para llevar a cabo sus propuestas de regeneración. Evita la acumulación de beneficios de algunos clérigos y cardenales e insiste en la necesidad de atender a los más necesitados, lo que le crea más de un enemigo entre los cardenales.
Recuperar al Papa reformista
El profesor Van Geest, que ha participado en una jornada sobre Adriano VI en Roma, tiene claro el perfil de este Papa. «Veía claro que la Iglesia tiene que estar cerca de los pobres. Aseguraba que los ricos causan escándalo y cometen pecado cuando no luchan contra la pobreza». Insistía en que «el oro y la plata son perecederos, mientras que el amor y la caridad permanecen».
La embajada de Holanda ante la Santa Sede ha sido la encargada de recuperar la figura de este Papa reformista, fallecido tras poco más de un año en el cargo. Para ello han organizado una jornada de conferencias sobre El Papa de los Países Bajos, quien también fue el Papa que gobernó el Imperio Español.