«San José, al igual que san Benito y todos los santos, nos enseña que la pureza, la mortificación, la modestia y la humildad son una cuestión de libertad del alma». Con estas hermosas palabras, el padre Lepori, en su obra San José, el eco del padre, nos indica la importancia de ver su entrega a la Virgen María y a Jesús, cuidando íntimamente la revelación de Dios, de su rol en esta Familia que cambió el curso de la historia. «El mundo no sabe cuánto necesita la casta libertad de este carpintero, de este esposo y padre». Como señala Lepori, «quizás nosotros, los cristianos, ya no nos atrevemos a creer y poner esta libertad en la relación con las personas, las cosas y las circunstancias». No es baladí, en este tiempo de cuaresma, de oración, ayuno y limosna, en fijarnos en aquel hombre que nos precedió durante su vida y hasta el lecho de muerte, tal y como representó en su cuadro Goya, el camino de la rectitud, el sosiego, el amor y la paz.