El enviado del Papa en Ucrania pide que el BCE facilite el cambio de dinero a los refugiados
El cardenal Czerny ha alertado de que las mafias de trata acechan a las mujeres en la frontera
Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha pedido al Banco Central Europeo que facilite el cambio de dinero a los desplazados que huyen de su país tras la invasión rusa y llegan a los países de la Unión Europea con grivnas, la moneda de Ucrania. «Solo así podrán sobrevivir con sus ahorros», ha afirmado el cardenal en una entrevista con Europa Press, poco antes de tener una reunión de alto nivel con el presidente de ese país, Zuzana Caputová.
Czerny ha apoyado la propuesta del vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, de facilitar la convertibilidad de la moneda de forma que los refugiados ucranianos puedan convertir en euros al menos una parte de sus ahorros.
«El rostro de la Iglesia es generoso»
El cardenal, enviado especial del Papa por segunda vez en Ucrania, ha descrito las «colas interminables» de coches que se crean para cruzar la frontera. En esta ocasión ha llegado a través de Eslovaquia, pero la primera vez se adentró en Ucrania por Hungría. Ha asegurado que «los refugiados llegan con mucha angustia, con miedo y sienten una gran frustración porque dejan atrás una guerra, pero llegan a la frontera y tienen que esperar horas o incluso días para poder pasar».
Ha querido destacar también la gran labor de las asociaciones católicas en la frontera. «El rostro de la Iglesia en la frontera es generoso y está muy bien organizado. He podido ver cómo los cristianos en la parte de Hungría y Eslovaquia están haciendo una labor encomiable. Uno puede sentir que la parábola del buen samaritano es real», ha destacado.
Los tentáculos de la mafia en la frontera
Por otro lado, el prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano ha denunciado que las mujeres refugiadas ucranianas se enfrentan al riesgo de la trata de personas. Según ha alertado el cardenal, las mafias traficantes ya han extendido sus tentáculos a lo largo de la frontera para aprovecharse de la desesperación que reina en este éxodo de más de tres millones de personas, según los últimos datos de la ONU.
Czerny ha constatado que ha visto casos en los que las refugiadas tienen tanto miedo de acabar en estas redes de prostitución que se niegan a subirse a los autobuses que, por ejemplo, ha fletado Cáritas exponiéndose a tener que pagar un precio estratosférico para poder salir del país. «Los refugiados tienen miedo. Por eso, es importante darles confianza y apoyo para que comiencen a respirar tranquilos», ha destacado.