Viaje Apostólico
Cuenta atrás para el viaje del Papa a Malta, con la guerra de fondo
El principal objetivo de la primera visita del Santo Padre fuera de Roma desde que comenzase la guerra de Ucrania es reforzar la acogida de inmigrantes
El primer fin de semana de abril el Papa Francisco viajará a Malta, en su primer desplazamiento fuera de Roma durante la guerra en Ucrania. Se trata de una visita que se aplazó en 2021, debido a problemas internos y que ahora se hace realidad, con el principal objetivo de reforzar la acogida de inmigrantes. En una estrecha agenda de fin de semana, el obispo de Roma dedicará un tiempo a quienes han llegado desde África y residen actualmente en un centro de refugiados en Hal Far que lleva por nombre Juan XXIII.
Pese a que la cercanía de las elecciones generales no ha facilitado la preparación, se espera una buena acogida al Pontífice. Desde la archidiócesis aseguran que ya no hay entradas para la Santa Misa que el Papa celebrará este domingo en Floriana, junto a las murallas de La Valeta.
El naufragio de san Pablo
En estas islas del Mediterráneo, al sur de Sicilia, tuvo lugar el naufragio de san Pablo, tal y como se relata en los hechos de los apóstoles. La buena acogida que el apóstol de las gentes tuvo allí, donde permaneció varios meses, facilitó la conversión de algunas personas. La historia del cristianismo en Malta hace que la responsable de Evangelización de la archidiócesis, Nadia Delicata, asegure que «es evidente que el Evangelio llega a nuestra tierra gracias a la acogida. La evangelización está muy unida a la hospitalidad que promueve el Papa Francisco».
El Santo Padre visitará la gruta donde la tradición indica que san Pablo residió en la isla, en el año 60. Es un lugar que ya han visitado anteriormente los papas san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Su relevancia y el comienzo de la devoción está unida a un ermitaño español llamado Juan Beneguas de Córdoba, quien en el año 1600 compró las tierras para facilitar el uso religioso. Años más tarde donó el espacio a los Caballeros de San Juan, más conocidos como los Caballeros de Malta, que alentaron las peregrinaciones a esta gruta, situada en el centro de la isla.
La sociedad de Malta ha pasado de una mentalidad medieval a la post-modernidad sin una transición intermedia
El papel de la religiosidad popular
Otro de los puntos fuertes del desplazamiento del Papa será al santuario de Ta’Pinu, en la isla de Gozo. Se trata de un punto de peregrinación importante en Malta. A juicio de Delicata, «este evento marca una de las prioridades, que es la de valorar el papel de la religiosidad popular. Es algo muy asentado en Malta, donde las procesiones de Semana Santa o las fiestas religiosas tienen mucho arraigo. El reto está en conseguir que estas devociones tengan una profundidad en los fieles, que no se limiten a demostraciones superficiales, sino que sirvan para regenerar la fe».
Para un visitante ocasional, el modo en que los malteses manifiestan su fe es muy llamativo. Las ciudades se llenan de grandes banderas, estandartes y carteles de los santos locales, en un país donde ser católico es algo más cultural que religioso. No hay que olvidar que durante casi dos siglos el país vivió bajo el dominio de Gran Bretaña, cuya monarca era también la cabeza de la Iglesia anglicana. En este contexto, la responsable de Evangelización de la archidiócesis considera que «la sociedad de Malta ha pasado de una mentalidad medieval a la post-modernidad sin una transición intermedia». La familia permanece como un elemento esencial, que en ocasiones asume un papel «tribal», donde se defiende antes la familia que el bien común.
Frente a la sociedad que encontraron Juan Pablo II y Benedicto XVI, eminentemente local, el multiculturalismo se ha extendido en Malta. En ese contexto, la Iglesia maltesa también se ha internacionalizado, como fruto de una inmigración que también llega de países católicos, como Filipinas o Italia.