Fundado en 1910

Alexandra Valkenburg durante una de sus comparecencias en el Parlamento EuropeoUE

Entrevista a Alexandra Valkenburg

La embajadora de la UE ante el Vaticano: «Como dice el Papa, no podemos dar la paz por descontada»

Desde Roma nos llegan las palabras de la señora Valkenburg, la máxima representante de la diplomacia europea en la Santa Sede. A su modo de ver, la implicación del Papa en Ucrania es clave

La embajadora de la Unión Europea ante el Vaticano, Alexandra Valkenburg, destaca la importancia de la Santa Sede y el Papa para frenar la guerra en Ucrania. Se muestra orgullosa de la unidad de los Estados miembros en esta crisis y de la respuesta que han dado ante los cientos de miles de refugiados. Considera que el mantener abierta una puerta a la negociación con Rusia, como trata de hacer la Santa Sede, es clave para encontrar una solución a la guerra.

–Los países europeos parecen más unidos que nunca ante esta agresión. ¿Es reflejo de la realidad?

–Sí. Creo que la unidad de la UE en este momento no ha tenido fisuras. Desde que empezó la invasión por parte de Rusia hemos tenido numerosos encuentros del Consejo de Asuntos Exteriores dentro de la Unión Europea. Estudiamos cuál es la mejor estrategia para combatir la agresión de Rusia y cómo podemos ayudar mejor a Ucrania y al pueblo de Ucrania. Realmente hemos demostrado una gran unidad. Y no solo en la UE, sino también con nuestros socios transatlánticos. La visita de Biden a Europa de la última semana es una muestra.

–¿Cómo está colaborando la UE con el Vaticano en esta crisis?

–Ha sido interesante seguir los pronunciamientos de la Santa Sede sobre Ucrania. El hecho de que el Papa haya hablado con el patriarca Cirilo, haciendo un llamamiento fuerte para pedir la paz ha sido importante. También su firmeza frente a los inaceptables actos de violencia contra la población civil, con un pueblo que está sufriendo esta terrible agresión en Ucrania. Por una parte está siendo muy claro sobre el hecho de que la guerra daña a los más débiles. Y por otra mantiene una puerta abierta al diálogo. Pero está claro que necesitas contar con las dos partes para poder mediar en un conflicto. Por nuestra parte, desde la EU hemos mantenido un contacto frecuente, instando a la Santa Sede a una postura contundente sobre la agresión en Ucrania. También hemos mantenido una buena cooperación en el plano humanitario. Muchas organizaciones religiosas como Cáritas están siendo fundamentales en la ayuda a los refugiados de Ucrania.

–¿Europa es más consciente que nunca de la necesidad de defender unos valores?

–Los valores de la Unión Europa son claros. Están fijados en nuestros diferentes tratados y los defendemos. Con respecto a los derechos humanos, a la democracia y al hecho de que la Unión ha sido desde el principio una iniciativa de paz. Por eso hemos sido tan enérgicos en la denuncia, después de 70 años de paz en Europa. Es inaceptable que no se respete la integridad territorial de otro país europeo, que no se respete la libre decisión del pueblo de Ucrania sobre su futuro. Es algo que nos ha unido a todos los demás.

–¿Tal vez hayamos dado por sentado el que hubiera paz, sin pelear por ella?

–Sí. Creo que hemos redescubierto la importancia de la paz en la Unión Europea. Tengo que decir que leyendo Fratelli tutti he encontrado unas palabras del Papa, escritas en el año 2020 en la que expresa su preocupación ante el hecho de que demos la paz por descontada. Tenemos que asegurarnos de que no nos gobierna la ley del más fuerte, sino la ley. Es asombroso que el Papa expresara su preocupación por este tema hace dos años en esta encíclica.

Valkenburg durante la entrevista con Antonio Olivié, corresponsal de El Debate en RomaA.O.

–¿Cómo colaboran la UE y el Vaticano en este conflicto?

–Como delegación de la Unión Europea ante la Santa Sede tratamos de dar a conocer nuestra posición y solicitamos el respaldo de la Santa Sede a nuestras propuestas. Pero también entendemos las posiciones de la Santa Sede y el papel que juega. Parte de nuestro trabajo es explicar a nuestros dirigentes la importancia de la religión en este tipo de conflictos y cómo las organizaciones religiosas pueden contribuir a encontrar una solución. Muchas veces, nuestros colegas en las sedes centrales deben entender ese tipo de mensajes.

–Esa perspectiva religiosa es clave hoy en Ucrania para ir más allá de la política y llegar a la gente de la calle. ¿No?

–Sí. Creo que para ambas partes. Dentro de Ucrania y en los Estados de la Unión Europea. Muchas organizaciones religiosas están jugando un papel clave y son nuestros ojos y oídos en esta crisis, al tiempo que ayudan a los refugiados. Es muy relevante el poder llegar a quienes están trabajando sobre el terreno, en la base de las organizaciones.

–¿Qué papel juega en este momento de la delegación de la UE ante el Vaticano?

–Fundamentalmente tratamos de poner fin a la agresión por parte de Rusia. Y en este contexto, desde la delegación ante el Vaticano tratamos de animar a la Santa Sede a ser contundente en su condena hacia quienes no respetan la legalidad internacional. Es inaceptable lo que está haciendo Rusia en este momento y cuantas más voces envíen este mensaje a Rusia será mejor. Necesitan entender la dureza de la condena.

–Zelensky ha agradecido al Papa por su respaldo a Ucrania. ¿Su autoridad moral le facilitará mediar en la guerra?

–La verdad es que este Papa es muy respetado por su autoridad moral. El embajador de Ucrania asegura que a pesar de que solo un 10 % de la población es católica, la valoración del pontificado es mucho más alta. Mucha gente de Ucrania ve al Papa Francisco como un líder mundial. El problema es que para mediar en un conflicto, las dos partes lo deben aceptar.

–¿Cree que hay espacio para un acuerdo a través de la Iglesia Ortodoxa Rusa?

–Me gustaría que así fuera. Pero he leído al respuesta del metropolita Hilarion al cardenal Hollerich, de la Conferencia Episcopal Europea, en su llamamiento a la paz. Y la verdad es que el tono no es nada esperanzador, aunque haya pequeños puntos de acuerdo. Lo importante es que haya diálogo y que mientras se mantenga, también entre los líderes religiosos, podemos tener esperanza en que contribuyan a encontrar la paz. No es algo fácil, pero el Vaticano juega un papel importante ahí.

–En este clima bélico. ¿Se puede calificar la acogida a los refugiados como un éxito europeo?

–Sí. Sin duda. Creo que hemos visto una solidaridad extraordinaria ante los refugiados de Ucrania en todos los Estados miembros de la Unión. Hay un respeto a la dignidad de cada persona humana que pienso que será también algo que el Papa destaque en su viaje a Malta, donde visitará un centro de refugiados. El mensaje del Papa de que no podemos desentendernos de los demás es algo que debemos conservar en nuestro corazón.