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El Papa Francisco, adolorido durante los oficios del pasado Jueves SantoGTRES

El preocupante estado de salud del Papa Francisco

El hecho de que el Santo Padre no haya presidido una de las celebraciones más importantes del año, la Vigilia Pascual, ha encendido las alarmas

Ya no es solo que no haya podido participar en las procesiones o que no se pueda arrodillar. En la ceremonia de la Vigilia Pascual el Papa Francisco permaneció casi toda la ceremonia sentado, salvo en el momento de bautizar a los catecúmenos.

Desde el pasado mes de febrero, el Papa arrastra un problema de gonalgia –inflamación de rodilla–, con un fuerte dolor relacionado con la ciática que ya le dificultaba para caminar con anterioridad. En el último viaje internacional del pontífice a Malta fue la primera vez que no pudo bajar por las escalerillas del avión sino que tuvo que hacerlo con una plataforma montacargas.

En la rueda de prensa de regreso de la isla, el Papa confesaba que su «salud es un poco caprichosa, porque tengo este problema en la rodilla que me dificulta caminar y me molesta. Pero va mejorando, al menos puedo andar», algo de lo que no era capaz unas semanas antes. Eso sí, él mismo manifestaba las dudas, ya que «a esta edad –85 años– no sé sabe cómo finalizará el partido. Esperemos que vaya bien». Apenas unos días después, en la visita del cardenal y arzobispo de Barcelona Juan José Omella, confesaba que al preguntarle al Papa sobre ese problema le había respondido que «le duele al dar el primer paso, pero una vez que arranca va mejor».

El problema es que durante la Semana Santa de este año no se ha apreciado la mejoría, sino todo lo contrario. El Jueves Santo pudo hacer el lavatorio de pies a los migrantes desde una plataforma elevada. El Viernes Santo apenas se levantó para recitar la oración final y dar la bendición durante el Vía Crucis. El Sábado Santo tuvo que ser el decano de los cardenales de la Curia, monseñor Giovanni Battista Re, de 88 años, quien presidiera la ceremonia de la Vigilia Pascual.

El Santo Padre al llegar a la Misa del Domingo de Resurrección de este añoGTRES

Una estenosis y el problema del pulmón

No ha sido un año fácil para la salud del Papa. En el mes de julio Francisco fue operado de una inflamación en el colon. Se trataba de una «estenosis diverticular» que le tuvo hospitalizado varios días. La recuperación fue más lenta de lo que se pensaba en un principio, pero apenas afectó a su agenda pública, ya que el pontífice suele dejar libre el mes de julio para sus vacaciones. Desde el Policlínico Gemelli aseguraron que la operación había sido un éxito y la realidad es que no se han manifestado nuevos síntomas.

En un reciente libro sobre la salud de los Papas, publicado por el periodista argentino Nelson Castro, el propio Bergoglio narra cómo a los 21 años le extirparon el lóbulo superior de un pulmón. Cuenta que «cuando me desperté de la anestesia sentía un dolor muy intenso». El joven Bergoglio se preocupó, «pero siempre he tenido la convicción de que me curaría». De hecho, frente a los pronósticos de que sufriría limitaciones en su actividad, la verdad es que no ha sido así. Años después, ya como Papa, aseguraba que «no he sufrido fatiga o problemas para respirar pues me explicaron que el pulmón derecho se ha expandido».

Otro de los problemas físico a los que tuvo que hacer frente el Papa Francisco, derivado de la edad, fue una operación de cataratas en 2019 que superó con éxito.

Con todas estas las limitaciones, el Papa sigue programando viajes internacionales para los próximos meses. Está por ver si concreta un viaje a Ucrania, pero ya está anunciado un desplazamiento a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur en julio, así como otro a Canadá a final de ese mismo mes. En junio están por cerrar los desplazamientos a Líbano y Jerusalén, mientras que en septiembre, si todo sigue su curso y no hay inconvenientes, tiene previsto viajar a Kazajistán.