Encuentro Iberoamericano de Profesores de Religión
El nuncio del Papa, a los profesores de Religión: «La educación sirve mejor a la sociedad si los padres tienen libertad»
Bernardito Auza inauguró el evento que reunirá en Madrid a más de 700 docentes de España y Latinoamérica
«La educación sirve mejor a la sociedad cuando se deja a las familias ejercer con libertad sus derechos y obligaciones con sus hijos», insistía el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, durante la inauguración del I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Religión, este viernes. El evento, que se celebrará a lo largo del fin de semana en Madrid, reunirá a más de 700 docentes de España y Latinoamérica para reflexionar e impulsar la asignatura de Religión.
Auza destacó en su intervención que los padres tienen «el papel principal» en la educación –aunque el Estado juegue una parte–, y que esta «no puede ser reducida o manipulada por intereses económicos o particulares, porque abarca todos los aspectos de nuestra vida». El arzobispo agradeció a los docentes presentes su «compromiso de acción por el bien de toda la sociedad», y les transmitió el saludo del papa Francisco y la bendición apostólica.
«La asignatura más importante»
También participó en la inauguración del encuentro el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y de la Fundación San Pablo-CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, quien recordó a los presentes que Religión es «la asignatura más importante que se puede dar en todos los niveles educativos». El también profesor insistió en que esta materia no solo es «una llamada a la salvación», sino que también es necesaria para que los alumnos lleguen a comprender el mundo actual.
El I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Religión está organizado por Siena Educación, editores de la revista Magisterio. Su director general, José María de Moya, señaló durante la inauguración del evento que el motivo que los llevó a impulsarlo fue constatar que «cada vez hay más jóvenes con buena preparación académica y humana, pero con un vacío existencial que lastra su integridad». «Apostamos por una formación integral y plena del alumno, que abarque también su dimensión religiosa, desde la libertad», señaló.
El acto inaugural contó, además, con la participación telemática del secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos, Mariano Jabonero -quien comentó que tras la pandemia urge recordar valores introducidos por el cristianismo, como la compasión y el amor al prójimo-; del presidente de Scholas Ocurrentes, José María del Corral –arguyó que la religión es un bien «de interés público» y es necesaria para la paz–, y del secretario general de la Confederación Interamericana de Educación Católica, Oscar A. Pérez Sayago.
¿Un Jesucristo domesticado?
«Si el Evangelio no llega hoy es porque pensamos que ya nos los sabemos, porque lo hemos domesticado», aseguraba, provocativo, el escritor y sacerdote Pablo d’Ors. El primer día del encuentro de profesores de Religión se centró en un congreso celebrado en el CaixaForum de Madrid, y la ponencia inaugural corrió a cargo del autor de Biografía de la luz o Biografía del silencio.
D’Ors señaló al inicio de su intervención que pretendía ofrecer «algo nuevo sobre Jesús de Nazaret para orientar las clases de Religión de forma diferente», y dijo a los presentes que es necesario «deconstruir el Evangelio» para poder enseñárselo a los alumnos como algo vivo. «Si no entramos nosotros mismos en una lógica de transformación personal, si nuestro corazón no se conmueve cuando escuchamos a Jesucristo, no podremos transmitirlo», insistía.
El también consejero del Pontificio Consejo de la Cultura celebró que «a nuestra generación se nos está ofreciendo la oportunidad de descubrir el verdadero cristianismo, que está siempre naciendo», y pidió a los católicos salir de sus esquemas mentales y mirar hacia Oriente para descubrir «distintos sabores del acontecimiento Cristo». En esta línea, pidió mirar a Jesucristo como un maestro que nos muestra el camino a nuestra naturaleza profunda, y no tanto como un sacerdote.
«¡Mucho cuidado con perderse en teologías!», advertía d’Ors, señalando que lo prioritario es el encuentro con Jesucristo: «Uno puede decir ‘Creo que Jesús es el Hijo de Dios’ y creer que está el trabajo hecho, pero esto es colocar el problema fuera, no dentro», insistió. Retrató a Jesucristo como «el paradigma del autoconocimiento en Occidente», y reflexionó sobre las parábolas –equiparándolas a los enigmas kōan propios de los maestros zen– y sobre la meditación contemplativa: «Meditar –apuntó– es buscar una reflexión de corazón a corazón con Cristo».