La Iglesia, por la vida Los obispos denuncian las listas de médicos objetores: «Es una forma sibilina de restringir su libertad»
Consideran que es necesario que se genere en la sociedad un movimiento en favor de la vida
Apocas horas de la celebración y presentación en sociedad de la Memoria de Actividades de la Iglesia de 2020, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal arzobispo de Barcelona Juan José Omella, y el secretario general y portavoz de la CEE, el obispo auxiliar de Valladolid Luis Argüello, se han referido al anteproyecto de reforma de la ley del aborto que el Gobierno de Sánchez y sus socios quiere aprobar en el próximo Consejo de Ministros.
Todo en un contexto donde la cultura de la muerte sigue ganando espacio y protagonismo frente a los cuidados paliativos o los apoyos a los embarazos no deseados o las familias incipientes.
«No es una cuestión de derecho a decidir sobre el propio cuerpo. Hay una persona nueva. No hace falta ser creyente para posicionarse en favor de la vida», señalaba a esta sazón Argüello en un encuentro con los periodistas.
«Una forma sibilina»
En cuanto a la gestación subrogada, ha dicho que si la reforma de la ley la considera una forma de violencia contra la mujer, «es mucho más violento eliminar una vida que está científicamente demostrado que existe», tal y como recogían los compañeros de Europa Press. En este aspecto, Argüello se ha referido a la libertad de conciencia de los médicos que no quieran realizar abortos y ha destacado que obligarles a apuntarse en un registro previo «es una forma sibilina de restringir esa libertad».
Hace apenas unas semanas, en el contexto de la última Asamblea Plenaria, Enrique Benavent, obispo de Tortosa y miembro de la comisión episcopal para al Doctrina de la Fe, señalaba cómo «en el contexto de Europa occidental se están aprobando leyes que ponen en cuestión el valor de la vida humana y que, de alguna manera, sitúa a los católicos ante problemas morales sobre cómo deben reaccionar o cómo deben actuar».
A raíz de la publicación de la nota doctrinal sobre la libertad de conciencia, los obispos se mostraron contrarios a estas actuaciones de fiscalizar a quienes se muestren contrarios a efectuar prácticas abortivas. José Rico Pavés, obispo de Jerez y recién elegido como presidente de la comisión episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, señalaba sobre este punto la importancia de «ser conscientes de lo que significa vivir en coherencia y, ciertamente, esa coherencia nos lleva a no buscar sin más el acomodo a este mundo, sino en tener los ojos puestos en el Evangelio».
Sólo 69 abusos perpetrados en la Iglesia
Por otra parte, y en cuanto a las comisiones de investigación de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, el presidente de la CEE, Juan José Omella, ha señalado que la comisión independiente creada en el bufete Cremades & Calvo Sotelo sigue trabajando por su cuenta y ha reiterado que la CEE no participará en la comisión parlamentaria del Defensor del Pueblo. «Colaboraremos en lo que nos pidan, pero no podemos ser juez y parte», ha defendido.
Por su parte, Luis Argüello, ha insistido en que de las 15.000 denuncias sobre abusos a menores presentadas en los últimos años, sólo 69 se refieren a abusos perpetrados en el ámbito de la Iglesias, aunque ha reconocido que son conscientes de que los abusos en la Iglesia son «cualitativamente más graves», por lo que harán todo lo posible para luchar contra ellos.
Cabe recordar que la Fundación ANAR y Save the Children, en sus últimos informes sobre abusos sexuales a menores, situaban a los casos acometidos en la institución Iglesia católica en el 0,2 % sobre el total; hecho que en multitud de ocasiones ha llamado notablemente la atención a los obispos por no estar prestando atención «a esta lacra» que afecta a toda la sociedad.