San Isidro
Lope de Vega, el genio que 'hizo' a Isidro labrador santo y patrón de Madrid
Pinturas, documentación y poesía en torno a Lope de Vega, su relación artística con san Isidro y la importancia del dramaturgo y de Felipe II para la canonización del patrono de Madrid
La Comunidad de Madrid ha querido conmemorar el Año Jubilar de san Isidro con la exposición Lope 1622. Cuatro españoles y un santo, según lo dicho más allá de nuestras fronteras, cuando llegó la multitudinaria canonización de santa Teresa, san Ignacio, san Francisco Javier y san Isidro, patrón del campo y de la Villa y Corte, un 12 de marzo de 1622 .
Para esta muestra, que se podrá visitar en la casa-museo de Lope de Vega, se pueden encontrar pinturas y documentación de la época con motivo del IV centenario de este acontecimiento a través de la relación artística y devocional que el escritor Lope de Vega tuvo con ellos, muy especialmente con la mística andariega carmelita, en la que se inspiró para su obra Vida y muerte de Santa Teresa de Jesús. Además, la vida del Fénix de los Ingenios también estuvo muy relacionada con los otros dos españoles canonizados, por su educación en el madrileño Colegio Imperial de la Compañía.
El contexto histórico de este encuentro entre el escritor y los santos es el de la consolidación internacional de Madrid como capital de la potencia internacional que era España en ese momento. Madrid apenas era un poblado y Felipe II se empeña en que este pueblo fuese el centro administrativo del país, para sorpresa de Toledo o Valladolid que, a priori, parecían ciudades más preparadas desde todos los puntos de vista.
Predilección de Lope por Isidro
A lo largo de las salas, se podrá comprobar que Lope de Vega sentía predilección por el santo labrador, al que dedicó versos y devoción a lo largo de toda su vida. Mientras la casa de Austria legitimaba su hegemonía dentro del continente y afianzaba la Real Corte y Villa de Madrid como capital del imperio, al genial dramaturgo se le encarga la organización de un certamen literario con el nombre Relación de las fiestas en la canonización de san Isidro, ya que era sabido que Lope era el gran especialista sobre la vida del labriego, cuya santidad ya era reconocida entre el pueblo desde la Edad Media.
El texto de convocatoria del certamen es el hilo conductor de las secciones de la exposición. A través de ellas descubriremos la espiritualidad de Lope como sacerdote, su papel en la construcción de la hegemonía cultural de la Monarquía y sus relaciones devocionales, literarias y artísticas con los santos elevados a los altares en 1622.
A través de Zurbarán, Velázquez, Ribera, Murillo o Goya, o en los documentos recogidos por fray Hernando de Mendoza a petición del rey para presentar a Roma, se puede comprobar la importancia de Lope en todo este camino, ya que había desarrollado una especial preferencia por el santo, al que dedicó la obra de diez mil versos llamada Isidro, llegando incluso a testificar en el proceso de canonización. De este modo, Isidro subió del corazón de los fieles a los altares como un atípico santo laico entre religiosos y fundadores. Luego, ya desde el cielo, tuvo que esperar otros cien años para que su mujer, santa María de la Cabeza, también fuera reconocida como tal en el santoral oficial de la Iglesia.