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La Virgen del Rocío interesa mucho: líder en su franja horaria en televisión

La retransmisión de Canal Sur de la procesión extraordinaria de la Virgen del Rocío por las calles de Almonte (Huelva) logró un 13,9 % de audiencia

Líder en su franja horaria en Andalucía, según ha indicado la propia entidad, la Virgen del Rocío sigue cautivando a los andaluces que se acercan en romería o desde sus casos a una de las figuras más queridas y que más devoción despierta en nuestro país.

La retransmisión de Canal Sur de la procesión extraordinaria por las calles de Almonte (Huelva) este domingo logró un 13,9 % de audiencia. Según ha indicado Canal Sur Televisión, desde las 07:30 de la mañana del domingo 22 de mayo hasta las 13:00 horas la retransmisión de la procesión organizada por la Hermandad Matriz tuvo en su programación especial pegados a centeneras de miles de andaluces. La Santa Misa, coordinada por la Hermandad del Rocío de la Macarena de Sevilla, se siguió por 486.000 andaluces, que se interesaron en algún momento por el evento religioso, según indicaba la RTVA.

La «apuesta» de la radio televisión pública de Andalucía por la información de proximidad y servicio público, «pone el acento» en «las costumbres y tradiciones», que a ojos del canal televisivo, «ha recibido una vez más el respaldo de la audiencia».

La Virgen del Rocío sale a la calle

¿Por qué es la Virgen del Rocío?

Tal y como recoge la diócesis de Huelva, el sacerdote Manuel Jesús Carrasco Terriza, director de Patrimonio del obispado andaluz, recuerda que «el cambio de nombre de Rocinas a Rocío se produjo paulatinamente en los dos primeros tercios del siglo XVII». A lo largo de dicho siglo, se alternaron épocas de inundaciones o temporadas de sequía. La climatología histórica designa a ese siglo como la Pequeña Edad de Hielo, que los historiadores valoran como una de las causas de la decadencia del imperio español. En aquellos momentos de gran sequía, las cosechas y pastos de Almonte se salvaron gracias a la humedad, el rocío, que procedía de la marisma, cuyo borde queda marcado por el arroyo de las Rocinas, donde se enclava la ermita de la Virgen. Y comenzó a invocarse a la Virgen de las Rocinas como la Virgen que nos trae el rocío, la Virgen del Rocío. La introducción de la nueva advocación se pueden situar entre 1610 y 1635. El uso del nombre de Rocío se difundió entre 1635 y 1650, primero a nivel popular, y progresivamente a nivel de documentos oficiales. El nuevo nombre se aprecia ya consolidado a partir de 1670, desapareciendo definitivamente el toponímico de Rocinas.

«A dicha consolidación contribuyó –continúa Carrasco– sin duda la general aceptación popular. Pero hizo falta que un docto teólogo, cuyo nombre ignoramos, buen conocedor de la Sagrada Escritura y de la Patrística, comprendiera la carga teológica que llevaba consigo la palabra rocío, y su relación con el Espíritu Santo, hasta el punto de trasladar la fiesta, que se celebraba el 17 de septiembre, al lunes de Pentecostés, dicho año de 1670. Vinculado ya el rocío de la Virgen al rocío del Espíritu Santo, la poesía aplicó a la Virgen el símbolo más importante del Espíritu Santo: la paloma, en el s. XIX».