Los obispos españoles: «Una sociedad que no cuida a sus mayores está corrompida y enferma»
La Conferencia Episcopal Española ha presentado unas orientaciones para la pastoral con mayores, descartando esa cultura que los aboca a la soledad
La Conferencia Episcopal Española ha presentado un nuevo documento bajo el nombre La ancianidad: riqueza de frutos y bendiciones. Orientaciones para la pastoral de las personas mayores.
Desde Añastro 1, el obispo de Canarias y presidente de la subcomisión episcopal para la Familia y la defensa de la Vida, José Mazuelos Pérez ha señalado la preocupación del Papa Francisco por la soledad que azarga a la tercera edad y que la pandemia ha puesto encima de la mesa con toda su crudeza.
«La Iglesia tiene que dar respuesta y estar ahí», señalaba Mazuelos durante la rueda de prensa. «Primero animando a tantos ancianos que llevan el peso fuerte de la evangelización, que en sus hombros llevan la Iglesia». «Hay que darles su sitio a esos mayores», apuntaba el obispo de Canarias, y por eso agregaba que «este documento es un reconocimiento a todos ellos».
«Una sociedad corrompida»
Mazuelos, poco dado a los tacticismos en los que se suele mover la corrección política, lo dijo alto y claro durante la rueda de prensa. «Tenemos que sensibilizar a nuestra sociedad sobre ese pozo de sabiduría que son los ancianos frente al descarte». «Una sociedad que no tiene en cuenta a sus mayores es una sociedad que está corrompida, que está enferma, que se ha olvidado de sus raíces», apuntaba.
Acto seguido, el presidente de la subcomisión episcopal para la Familia y la defensa de la Vida alentaba a los medios de comunicación a no apartarlos de la vida pública, lamentándose de que «haya tenido que venir el covid-19 para mostrar tanta inhumanidad y tanto abandono».
Sin embargo, para la Iglesia esta realidad no le es ajena. De los 6.664 centros que han atendido solamente en 2020 a 2.345.779 de personas, donde muchos de ellos, eran mayores que tuvieron que enfrentar lo peor de la pandemia solos y sin los recursos necesarios para subsistir.
«El mayor es un agente pastoral clave»
Álvaro Medina, presidente del Movimiento Vida Ascendente -realidad laical de la Iglesia que aglutina a personas mayores para la promoción de la -, comenzó su intervención diciendo que, en la actualidad, «no se reconoce el don de Dios, la bendición, que suponer ser mayor».
«Nuestra función es transmitir la fe», aseguraba Medina. «Al tener más años somos más conscientes de lo mucho que nos ha cuidado el Señor». «El mayor, como agente pastoral, es una necesidad imperiosa».
Para ello, el presidente del Movimiento Vida Ascendente considera que ese reconocimiento debe ser no para vanagloria del mayor sino para que se conozca su historia, para que se pueda ayudar a los que creen y a los que no, a las próximas generaciones, en el precioso regalo que es tener a la memoria en casa, en una residencia o al otro lado del teléfono para orientar y cribar mundanidades y crecer en la amistad con Dios.