Fundado en 1910

Los curas se enfrentan cada vez más a peticiones variopintas en las bodasPaula Andrade

«Quiero que un halcón lleve las alianzas»: las locuras con las que tiene que lidiar un cura en su día a día

A mayor secularización, mayores ocurrencias. Desde las comuniones civiles hasta las bodas espectáculo. Así sufren nuestros sacerdotes los dislates de hoy

Acomodados en los primeros bancos en la parroquia Santiago el Mayor, en la localidad murciana de Totana, el cura comenzó su alocución sin andarse con rodeos: «¿Por qué van a bautizar a sus hijos? Si es por el banquete, la ceremonia y los selfies con el ropón, ahórrense el paso por la Iglesia».

Es una práctica habitual, la del cura enojón para el mundo y el sensato y cuidadoso con la liturgia y los sacramentos. Lo es porque cada vez llegan más ocurrencias disparatadas que no en pocas ocasiones ponen a los sacerdotes contra las cuerdas.

Ahora que meter en la ecuación sacramental a Dios es una X a despejar por los que quieren el combo edificio de piedra vieja, aperitivo y copazo, ahora que la Iglesia es un suministrador de sacramentos para quienes no saben que no es el religioso quien los casa sino ellos mismos ante una comunidad que da testimonio de esa unión, parece más que pertinente identificar las principales confusiones en las que viven los novios y que no se deben hacer en el Gran Día.

El perro antidroga y el halcón milenario

El sacerdote y columnista de El Debate, Patxi Bronchalo, nos cuenta algunas que le han llegado en sus años de ministerio. «Una vez me pidieron la canción de Dragon Ball para la entrada del novio». «En otra ocasión, que los anillos los trajera volando un halcón», dice divertido Bronchalo.

Por sentado, las dos opciones fueron declinadas. Sin embargo, los amantes de la cetrería pelean a brazo partido para que se atienda a sus reclamaciones en su boda. De hecho, el portal Bodas.net ofrece que un ave rapaz sobrevuele cualquier superficie con precisión milimétrica para hacer de lo central de la ceremonia un auténtico espectáculo.

Otra de las que nos cuenta Bronchalo es de un sacerdote colega suyo. «Hace poco entró un perro llevando los anillos en una cesta en la boca». Hasta aquí, todo aparentemente normal dentro de lo estrafalario. «Obviamente, él no lo sabía y no le había dicho nada», apunta Patxi. «La cosa es que el novio era policía de la Brigada Central de Estupefacientes y el perro era su compañero». «Dice mi compañero que lloró más el novio con el perro que con la novia». «¡Ah!, y el perro llevaba una chaqueta y una pajarita».

Imagen de la Semana del MatrimonioConferencia Episcopal Española

Avisos en las catequesis

En los cursos de novios y de preparación para el matrimonio, estos chascarrillos suelen salir en las sesiones más desenfadadas pero sirven como aviso a navegantes para evitar excentricidades que vayan a hacer fruncir el ceño al sacerdote. Música satánica de tu grupo favorito, conciertos de Heavy Metal con baterías a doble bombo junto al Altar, danzas sacadas de Instagram o lanzar a los novios confeti de caramelo; con la difícil digestión que acarrea para los depredadores del aire después.

Volver a recuperar el sentido y la hondura de este momento clave en la vida del Pueblo de Dios ayuda a mantener a raya algunas apetencias paganizadas más propias del postre que del elemento central del sacramento del Matrimonio.