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Luis Argüello ha vuelto a remarcar las contradicciones en cuestiones como la vida de los adalides del progresismoPaula Argüelles

El portavoz de los obispos españoles critica las contradicciones de El País

El periódico de Prisa publicó el pasado domingo dos piezas donde alertaba de los riesgos del invierno demográfico que sufre España al mismo tiempo que mostraba su apoyo a la reforma de la ley del aborto

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, el obispo auxiliar de Valladolid Luis Argüello, mostró su sorpresa en Twitter al ver que «el diario `progresista´ –en referencia al diario El País– quiere estar, al mismo tiempo, en contra y a favor de la vida».

Esta reacción viene tras la publicación el pasado domingo de un reportaje por parte del buque insignia del Grupo Prisa donde se alertaba sobre los riesgos que acarrea y acarreará la depresión demográfica que adolece España en los últimos años, fenómeno que la pandemia no ha hecho sino aseverar, retrasando los proyectos familiares y conteniendo la vida por temor al despido, a la inestabilidad en el hogar o a quedarse sin plan para el fin de semana por tener que estar atendiendo pañales. El periódico, al mismo tiempo que denunciaba con hechos este drama, editorializaba el miércoles 18 de mayo a favor de la reforma del aborto que está impulsando el Gobierno de Sánchez. Ante este oxímoron que critica la falta de vida mientras se posiciona para su extinción en sus primeros compases, los obispos españoles han reaccionado.

«¡Qué contradicción!»

El portavoz de los obispos ha remarcado esta «contradicción» que no hace sino poner de relieve lo difícil que es, con las orejeras ideológicas, ver con amplitud un tema que no solamente está vinculado a la moralidad del acto de acabar con la vida del no nacido sino que señala la falta de responsabilidad de los padres que optan por abortar sin asumir sus consecuencias directas, con la merma demográfica que va contra el necesario relevo generacional para hacer de nuestra comunidad un sistema sostenible y duradero en el tiempo.

En el delicado terreno de la ambigüedad es donde se mueven quienes ejercen la dialéctica aplicada a unos intereses que trascienden su ámbito de acción original. Especialmente notable y sorprendente es cuando en este juego incurren no los partidos políticos o empresarios, que requieren de estos mecanismos para su propia supervivencia, sino el propio periodismo destinado precisamente a ofrecer hechos, formar y generar un opinión publicada de calidad.

Hace tan solo unas semanas, el presidente de la subcomisión episcopal para la Familia y la defensa de la Vida, el obispo de Canarias José Mazuelos Pérez alertaba en el contexto de la presentación de las líneas pastorales para el cuidado de los ancianos sobre los riesgos de crear y fomentar una «cultura del descarte», como señala el Papa Francisco, que deje a los desvalidos al margen de la sociedad. Una vez más, ante la vida y los que quieren esquilmarla, la Iglesia responde.