Fundado en 1910
Ángel Ayala, en el centro, en la XL Asamblea de Secretarios de la Asociación en 1949

Ángel Ayala, en el centro, en la XL Asamblea de Secretarios de la Asociación en 1949ACdP

El legado del padre Ayala: ¿cómo era el sacerdote que fundó la ACdP?

Repasamos la vida y obra del sacerdote jesuita que alumbró los primeros pasos de la Asociación Católica de Propagandistas, un «maestro y forjador de caracteres»

La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) no nació con un gran despliegue ni entre fuegos artificiales. De hecho, su primera semilla se plantó en una salita recogida del colegio de Areneros, en Madrid, hace 114 años. Fue el 15 de noviembre de 1908, cuando un grupo de jóvenes se reunieron para «ver qué quiere Dios, Nuestro Señor, que salga de aquí»: así se lo dijo el convocante de la reunión y –más tarde– fundador de la asociación, el sacerdote jesuita Ángel Ayala i Alarcó.

«El padre Ayala fue un verdadero maestro y forjador de caracteres», recuerda el escritor, guionista y miembro de la ACdP Diego Blanco. «Durante toda su vida –añade– le impulsó la motivación de ayudar a la Iglesia y a España haciendo obras, formando líderes católicos para multiplicar los frutos y creando una fuerza política católica», que no es lo mismo que un partido político.

Fueron estas inquietudes las que le llevaron a convocar a los primeros propagandistas a aquella reunión: su intención confesa era despertar al catolicismo español, al que veía adormilado. Tanto Ayala como los estudiantes que respondieron a su llamado tenían claro que su fe no se debía quedar en lo privado, sino que comprometía todas las dimensiones de su vida, incluyendo ámbitos como la política, la economía o la cultura.

Los primeros años

Ángel Ayala nació en 1867 en Ciudad Real; era el tercero de once hijos: «La educación y el ejemplo de los padres tienen una fuerza increíble», escribiría más tarde. Cursó el bachillerato en el colegio jesuita de Santo Domingo de Orihuela, y estudió Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca: primero en Valladolid, después en Deusto.

Fueron años en los que el joven vivía una profunda lucha interior, planteándose si su vocación era el sacerdocio. Con el título de Derecho bajo el brazo, no obstante, lo vio claro: resolvió dejarlo todo e ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús. Tras formarse en Murcia y Granada –siempre acompañado de su violín–, fue ordenado sacerdote en 1903, en Sevilla.

Retrato del padre Ayala

Retrato del padre AyalaACdP

Su primer destino apostólico fue la Congregación de los Luises, en la calle Zorrilla de Madrid: allí dio los primeros pasos en la formación de universitarios, uno de los grandes empeños de su vida. Tras la citada reunión que serviría como pistoletazo de salida a la ACdP hubo varias más, hasta la fundación per se de la entidad, que entonces se bautizó como Asociación Nacional de Jóvenes Propagandistas.

Poco después, comenzaron a organizar mítines por toda España, que se seguirían llevando a cabo durante décadas. El padre Ayala también contribuyó a la fundación de El Debate, en 1911, y pronto dejó que los miembros seglares de la Asociación tomasen las riendas: «El padre Ayala enseñaba a volar, pero no se extrañaba de que los pájaros siguieran vuelos personales», escribía uno de sus primeros alumnos.

Una misión que no termina

Bajo la impronta del padre Ayala se crearon numerosas obras apostólicas, como la Federación de Estudiantes Católicos, el Instituto Social Obrero, el Centro de Estudios Universitarios (CEU), la Editorial Católica o la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). «El padre Ayala vio, desde el principio, la misión de los propagandistas con una misión específica de seglares y de seglares que están en el mundo, (...) con una presencia que no es puramente pasiva y meramente piadosa, sino radicalmente activa», escribe Francisco Cervera en su biografía del fundador de la ACdP.

Cuando el Gobierno de la República disolvió la Compañía de Jesús, el padre Ayala continuó con su labor en la clandestinidad; en los meses previos al estallido de la Guerra Civil se ocupó de la residencia-refugio Coetus III. Cuando comenzó el conflicto, buscaron encarcelarlo, pero logró ocultarse en casas amigas y en un asilo de las Hermanitas de los Pobres hasta que terminó la guerra.

Tras la Guerra Civil, disfrutó de algunos años de paz y alegría serena en el colegio de Areneros, como padre espiritual. A partir de 1941, colaboró para dar forma definitiva a la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, que hoy se extiende por cuatro continentes.

El padre Ayala acompañado entre otros por Fernando Martín Sánchez-Juliá que fue presidente de la ACdP

El padre Ayala acompañado entre otros por Fernando Martín Sánchez-Juliá que fue presidente de la ACdP

«Mantuvo su juventud de alma»

Ángel Ayala falleció el 20 de febrero de 1960, con 92 años. Ángel Herrera Oria –uno de los jóvenes presentes en aquella reunión originaria, y primer presidente de la ACdP– destacó en el funeral que su mentor «mantuvo en todo momento la juventud del alma». Fue, también, un autor prolífico, con libros fundamentales como Formación de selectos, Educación de la libertad, Ignacianas o Nuestros colegios.

«No es mi ideal ser un hombre sabio, ni portento en nada -dejó escrito el padre Ayala-; sino amable, simpático, de acción; defensor de la Iglesia». Y añadía: «Han andado gestionando que se me diera una gran cruz de no sé qué; pero yo no quiero ninguna, sino la de mi vida, ¡bien llevada!».

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