Mientras los trabajadores empezaron a excavar los cimientos de la casa, apareció una sinagoga del primer siglo, donde muy probablemente, Jesús enseñó y leyó las escrituras como un judío más. Magdala aparece en los evangelios, cuando después de la multiplicación de los panes, Jesús se dirige allí, y algunos letrados le piden un signo del cielo: «Despidió a la multitud, montó en la barca y se dirigió a la región de Magdala» (Mt 15:39)