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El Camino de Santiago guarda muchas historias de acontecimientos sobrenaturales en torno a la figura del apóstolEFE

Peregrinación cristiana

Cinco milagros que podrían sucederte en el Camino de Santiago

Santiago de Compostela acoge cada año a los peregrinos que, animados por la fe, la naturaleza o la experiencia, caminan largas rutas para llegar al santuario del apóstol. Con siglos de historia, muchos son los milagros que rodean el camino

Una ruta de cientos de kilómetros, doce siglos de historia, millones de peregrinos y un destino en lo que se creía «el fin del mundo». Santiago de Compostela acoge cada año a los peregrinos que, animados por la fe, la naturaleza o la experiencia, caminan largas rutas para llegar al santuario del apóstol. Con siglos de historia, muchos son los milagros que rodean el camino.

Milagro del gallo y la gallina

«Cantó la gallina después de asada», reza el refranero español. Esta expresión proviene de un milagro ocurrido en el Camino de Santiago. Corrían los primeros años del siglo XV en Santo Domingo de la Calzada, cuando una familia alemana se detuvo en la localidad riojana para orar frente a la tumba del santo. El patrón de la posada donde se alojaron tenía una hija, la cual se enamoró del joven alemán. Este rechazó su amor, y ella, en un acto de venganza, le acusó de robo. El joven alemán fue mandado a la horca. Cuando sus padres regresaron lo encontraron ahorcado, pero vivo, gracias a la intercesión del apóstol Santiago. Al acudir al juez, este, incrédulo, a punto de comerse un gallo y una gallina, exclamó: «Vuestro hijo está vivo lo mismo que estas aves que aquí veis en el plato». En ese momento el gallo y la gallina saltaron del plato, cantaron y al joven lo liberaron de la horca.

'Santiago el Mayor', de José de Ribera

Los pastores de Estella

A principios del siglo XI unos pastores vagaban de noche con sus ovejas en la ladera del Monte Puy. Durante una noche repleta de estrellas, los pastores vieron caer algunas de ellas en la cima del monte. Se dirigieron al lugar para descubrir el sorprendente fenómeno que acababan de presenciar. Al acercarse al lugar pudieron observar una cueva, en la cual se adentraron y donde apreciaron una figura con la forma de una Virgen. Al poco tiempo se construyó un santuario en honor a este milagro.

Milagro del Santo Grial

Un duro día de invierno, en el año 1300, un monje estaba solo, esperando a celebrar la Eucaristía, sin esperar que nadie se presentase a la misa dominical por las condiciones climáticas. Sorprendentemente, un vecino de un pueblo cercano entró en la iglesia. El monje despreció el sacrificio que este hombre había hecho caminando hacia la iglesia entre la nieve y dijo: «Pobre hombre, venir con este tiempo de lejos, exponiéndose a morir por el camino, solo para arrodillarse ante un poco de pan y vino». En ese momento la hostia se convirtió en carne y el vino en sangre, castigando así la poca fe del monje. La noticia de este milagro se corrió por toda Europa, haciendo del O Cebreiro un lugar de paso obligado del Camino de Santiago.

'Martirio de Santiago', de Navarrete el Mudo

Milagro de la fuente Mojapán

Cuenta la historia del camino que un grupo de peregrinos que se dirigían a Santiago decidieron pasar a noche en Villafranca de Montes de Oca. Como único alimento portaban con ellos mendrugos de pan seco guardados en un zurrón compartido. A la mañana siguiente, el zurrón había desaparecido. Los peregrinos salieron en busca del ladrón, y lo encontraron exhausto y atragantado en la fuente de Mojapán. El fugitivo había intentado ablandar el pan con el agua de la fuente, pero esta se había secado. Los peregrinos, en vez de intentar vengarse del ladrón, decidieron ayudarle en honor al apóstol Santiago. En ese instante, de la fuente volvió a manar agua.

​Los milagros del apóstol

En el libro segundo del Códice Calixtino (s. XII) en el que se describen algunas de las acciones sobrenaturales en las que interviene el apóstol Santiago; muchas de ellas con moraleja para los peregrinos.

Treinta caballeros de tierras de Lorena, en Francia, decidieron visitar el sepulcro del apóstol en el año 1080. Todos acordaron guardarse fidelidad menos uno. Al llegar a Gascuña, uno de ellos cayó enfermo y sus compañeros lo transportaron durante dos semanas hasta los puertos de Cize, donde lo abandonaron.

El que no había querido ser fiel, dio entonces prueba de lealtad y cuidó de él, hasta que falleció. Pidió protección a Santiago, que se le presentó como soldado a caballo, para ayudar a enterrarlo y recorrieron juntos en una noche la distancia de doce días de camino hasta Compostela. Después de darle sepultura en el Monte del Gozo, Santiago le contó al caballero que se encontraría con sus compañeros en León, a quienes debía comunicarles que al Apóstol le desagradaba la traición. La leyenda sostiene que la sepultura del peregrino permaneció mucho tiempo en una capilla a la entrada del Camino Francés en Santiago.