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El Papa Pablo VIGTRES

Los espías del Vaticano: la red de información más importante del mundo

Debido a la gran influencia del Vaticano en el mundo y su claro papel de mediador, la cúpula de San Pedro cuenta con numerosos informadores que velan por la seguridad de la Iglesia, la paz en el mundo y la defensa de la ética y la moral

El Vaticano es el estado mediador por excelencia. Los diferentes papas han intervenido en los conflictos bélicos a lo largo de los siglos, defendiendo la paz y criticando la guerra injusta. Recientemente, hemos podido comprobar este carácter del Vaticano con la invasión de Ucrania por parte de Rusia. El Papa Francisco no tardó en condenar el ataque e intentar dialogar con ambos contendientes. De hecho, Francisco ha mantenido alguna conversación telefónica con el presidente ucraniano Zelenski y ha expresado su deseo de encontrarse con el dirigente ruso Vladimir Putin.

El Estado vaticano brilla por su excelente diplomacia, incluso en la sombra. Aun siendo el país más pequeño del mundo, nadie duda en posicionarlo entre los más influyentes. Para lidiar con los conflictos tanto internacionales como internos, la información es esencial para el buen mantenimiento y la defensa de los intereses del Vaticano: promover la fe y la Palabra de Dios y buscar la paz en el mundo.

Juan Pablo II con Nelson Mandela el 15 de junio de 1990

Juan Pablo II con Nelson Mandela el 15 de junio de 1990GTRES

Bien es sabido que desde hace siglos los espías han configurado una parte esencial del porvenir de los distintos países. En España, ya con Felipe II, se contó con una gran red de espías y de encriptado, con la única finalidad de mantener el imperio que los Austrias habían creado. De Quevedo al conocidísimo personaje de ficción, el agente 007, los espías están presentes en nuestras vidas e influyen en los países mucho más de lo que podamos imaginar.

Los servicios de inteligencia del Vaticano son de los más respetados de todo el mapa. A pesar de carecer de adelantados medios técnicos como pueden tener otros países, «posee estrechas y consolidadas relaciones con otros servicios como la CIA norteamericana», según explica Somiedo García en su libro La diplomacia vaticana y su influencia. Además, en inteligencia humana son exponencialmente superiores a los demás países del mundo, contando con una diplomacia extraordinaria y una capacidad de mediación impensable en el resto de países del mundo.

Pablo VI con el presidente de Egipto Anwar Sadat en 1976

Pablo VI con el presidente de Egipto Anwar Sadat en 1976GTRES

Según explica Javier López Facal en su libro El declive del Imperio Vaticano, la Santa Sede cuenta con un gran prestigio entre la sociedad. Esta confianza se funda en que los servicios de la cúpula de san Pedro no buscan intereses territoriales, ni políticos, ni económicos, sino simplemente velan por la moral, la ética y el bien común.

El cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado vaticano y jefe de la diplomacia, declaró que la institución debería ser efectiva, y no venderse a los titulares, teniendo una buena información y que esta sea tratada de las formas oportunas. William Casey, director de la CIA durante la presidencia de Ronald Reagan, llegó a decir que «el servicio secreto del Vaticano es la red de espionaje mejor formada del mundo».

La Familia Real Española con el Papa San Juan Pablo II en 1982

La Familia Real Española con el Papa San Juan Pablo II en 1982GTRES

Como cualquier estado, el Vaticano debe tener una red de información para velar por sus intereses, la paz duradera, la ética en el mundo y su propia permanencia. Según José Manuel Vidal, autor de numerosos libros sobre el Vaticano y sobre diferentes papas y cardenales, como Rouco Varela, sostiene que «los canales fundamentales de la información que le llega al Vaticano son las nunciaturas que tiene en todo el mundo, que son las encargadas de recoger los datos más delicados y confidenciales. Y como los embajadores del Papa están en contacto con una red capilar tan implantada como la de la Iglesia católica en cada país, tienen un caudal de información impresionante y muy al día. En este momento no hay ninguna institución en el mundo que tenga una información tan privilegiada».

La Santa Alianza

El primer nombre que se le dio a estos servicios de información de la Iglesia católica fue la Santa Alianza. Esta fue creada por el Papa Pío V en el año 1566, y contaba con una serie de informadores y agentes secretos que velaban por la seguridad del Vaticano y la paz internacional. En el año 1906 y según avalan las investigaciones del historiador Émile Poulat, se creó la Sadalitium Pianum. Se trata de un servicio de espionaje formado para detectar las herejías en el clero católico y cuya información era directamente trasladada al Papa Pío X. Este órgano fue disuelto posteriormente por el Papa Benedicto XV en el año 1921.

Papa Pio XII con la riena Zein de Jornania en 1957

Papa Pio XII con la riena Zein de Jornania en 1957GTRES

La Santa Alianza, bajo el papado de Pío XI, pasó a llamarse «La Entidad» y contaba con numerosos diplomáticos esparcidos por el mundo. Juan Pablo II creó, dentro de la Guardia Suiza, el Comité de Seguridad de los Sumos Pontífices, en el año 1999, que se encargaban de informar al Papa de los diferentes acontecimientos. Según el Vaticano, los deberes de la Guardia Suiza son «velar constantemente por la seguridad de la Persona del Sumo Pontífice y de su residencia, acompañar al Sumo Pontífice en los viajes, vigilar los accesos al Estado de la Ciudad del Vaticano, proteger el Colegio Cardenalicio durante la Sede Vacante y realizar otros servicios de orden y honor».

Debido a la importancia de la figura del Papa y la indudable influencia del Estado vaticano, es necesario que se cuente con una red de informadores, como cualquier estado moderno, para poder velar por los intereses de los millones de católicos del mundo, de la ética, la moral y la propia permanencia de la Iglesia.

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