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El milagro San Felipe Benicio de Carlo Maratta

San Felipe Benicio

¿Qué santo celebramos hoy lunes 22 de agosto de 2022?

Hoy conmemoramos a san Felipe Benicio

Hoy lunes, 22 de agosto de 2022, recordamos a san Felipe Benicio, entre otros santos que hoy son celebrados en el Santoral Cristiano.

Es cuando la época de los feudales está en franca decadencia y tiende a desaparecer cuando nacen las ciudades libres, se potencia el comercio, surgen las agrupaciones artesanales llamadas gremios; nacen las universidades, comienzan las cofradías y cambian las formas de vida ascética, el monasterio solitario del campo se hace convento urbano. Surgen imperiosas las catedrales y se fundan órdenes mendicantes exponiendo con frenesí el Evangelio, hasta el punto que los papas y príncipes se asustan y llegan a tomar medidas para limitarlas. Los servitas se acaban de fundar el 15 de agosto de 1233 por aquellos piadosos caballeros florentinos que se han propuesto dedicarse a extender la devoción y culto a la Santísima Virgen María y en ese mismo día de agosto y año nació, también en Florencia, el hijo de Jacobo y Albanda que se llamó Felipe. ¿Premonición? El padre era de los Benici y la madre, de los Frescobaldi.

Cuando crece el chico, estudia medicina en París, en Padua hace su doctorado y practica el oficio en Florencia, donde no deja de visitar la iglesia de los servitas en su barrio de Cafaggio. Un día le llamó la atención una frase que contenía la lectura y predicación del episodio del libro de los Hechos de los Apóstoles del oficio que se hacía en una iglesia; quizá prestó más atención porque en el texto se escuchaba el nombre del apóstol Felipe, su santo, que convirtió al etíope eunuco de la reina Candaces. La frase en concreto era: «Felipe, acércate al carro». Y todo el día le estuvo machacando los oídos sin ser capaz de desprenderse de ella. Por si la sugerencia no fuera suficientemente clara, la misma Virgen Santísima le dio el empujón final. Termina el episodio pidiendo la admisión en la Orden de los Servitas a Bonfilio Bonaldi, uno de los fundadores, que en ese momento era el superior de la casa.

En Monte Senario, a unos kilómetros de Florencia, desempeña los oficios más simples en la casa y en el campo, mezclados con presencia de Dios y mucha humildad, queriendo pasar desapercibido; incluso le permitieron vivir en soledad, ocupando un casuco próximo, para que nadie pudiera ser testigo de su penitencia ni molestado en su oración. Enviado a Siena para atender la casa, camina casualmente con otros dos servitas que descubren en el humilde lego su formación intelectual. Comienza un nuevo servicio en la vida de Felipe que termina siendo sacerdote, maestro de novicios, secretario del General y, a su muerte, lo eligen para que dirija la Orden, dando un impulso a los servitas tan fuerte que algunos, equivocándose o exagerando, le tuvieron como uno de sus fundadores.

No se sabe muy bien por qué, pero tenía verdadero horror a desempeñar cargos altos; siempre se opuso con todos los medios a su alcance para evitarlos y, cuando no le fue posible, vio en ellos el designio de la Providencia. De hecho, en el Capítulo que reunió en Pistoya, en el año 1268, presentó la dimisión de su cargo, renunciando al generalato, aunque no se la aceptaron. Desatendió el nombramiento de arzobispo de Florencia cuando se lo propusieron. Y con el papado... La Santa Sede vacaba por tres años ya, desde que murió el papa Clemente IV, y los cardenales del cónclave de Viterbo no acababan de ponerse de acuerdo en elegir un sucesor. Pensaron en Felipe y quisieron elegirlo Papa, conocida su prudencia y santidad; pero huyó al monte –debió de ser por la zona que hoy llaman como Baños de san Felipe– sin otra compañía que la de un religioso de su confianza, obstinado en desaparecer, y allí estuvo oculto hasta que se hizo pública la elección de Gregorio X.

Con ansias de predicar, visita las casas de Francia y aprovecha para extender la devoción y culto a la Santísima Virgen por Avignon, Tolosa y París, pasando a los Países Bajos, Sajonia y Alemania.

Asistió al concilio de Lyon. Intentó poner paz en Bolonia, Florencia y Pistoya que estaban enzarzadas por las luchas entre güelfos y gibelinos hasta que se llegó a la firma de la paz con el juramento de Florencia.

En la ciudad de Forli debieron de «hacer pupa» sus predicaciones a más de uno, porque un grupo de exaltados, capitaneados por Peregrino, llegaron a ejercer violencia física contra Felipe, hasta desnudarle vergonzosamente y apalearlo. No pasará demasiado tiempo antes de que el valentón Peregrino se acerque a suplicarle que le admita entre los servitas.

Otros gestos llamativos de su vida –esos que expresan las heroicas virtudes de los santos– son que Felipe, en defensa de su pureza, resolvió el acoso de una mala mujer revolcándose desnudo por la nieve; y también que, de modo milagroso, quedó instantáneamente curado un leproso que le pedía limosna al ponerse la capa que Felipe se quitó para abrigarlo.

También fundó una casa para arrepentidas en la ciudad de Todi.

Llamaba ‘mi libro’ al crucifijo y abrazado a él murió el 22 de agosto de 1285.

Lo canonizó el papa Clemente X y la bula la publicó, pasado el tiempo, el papa Benedicto XIII.

Pasos para la canonización de un santo

El acto de canonización suele ser por lo general presidido por el Papa, y es una de las ceremonias más importantes de la Iglesia Católica. El proceso de canonización se produce tras la muerte del Santo y normalmente la petición viene precedida por las siguientes etapas:
1. Postulación: Es el proceso por el cual se da presenta y se da a conocer la intención de proponer a una persona como Santo. Este proceso requiere de datos biográficos y testimonios.
2. Siervo de Dios: Iniciación del postulado dentro de proceso de beatificación y declaración como persona vinculada a la Iglesia Católica.
3. Venerable: Equivale a persona digna de estima y de honor. Asociado a una vida ejemplar y previo a la beatificación.
4. Beatificación: Si se prueba la existencia de un milagro relacionado con el Venerable se procede a la Beatificación.
5. Canonización: Si el Beato puede atribuirse un segundo (o más) milagros se procede a canonizarle.
Otros santos de hoy:
Santa María Reina. Santos: Timoteo, Hipólito, Sinforiano, Atanasio, obispos; Marcial, Saturnino, Epicteto, Félix, Fabriciano, Filiberto, Antusa, Agatónico, Zótico, Mauro, Ireneo, Oro, Orepses, Guniforte, Luciano, Antonio, Mapril, mártires; Sigfrido, Lamberto, abades; Felipe Benicio, confesor.