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Benedicto XVI proclamó Doctor de la Iglesia a San Juan de Ávila en 2012

Quiénes son los cuatro doctores de la Iglesia nacidos en España

Para ser nombrado doctor de la iglesia hacen falta tres requisitos: la santidad de vida, vida y doctrina ortodoxas y doctrina eminente cualificada

Un doctor de la Iglesia sólo puede ser nombrado por el Papa o por un concilio ecuménico, y para ser nombrado Doctor de la iglesia hacen falta tres condiciones: haber sido canonizado, ortodoxia en la fe y eminencia en la doctrina e influjo benéfico en las almas.

Entre los 37 Doctores de la Iglesia, se encuentran cuatro santos españoles: uno del siglo VII, San Isidoro de Sevilla y tres del siglo XVI, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y San Juan de Ávila.

San Isidoro de Sevilla

Nació en Cartagena a mediados del siglo VI; su padre era de familia hispano-romana y su madre era de origen visigodo. Se formó en la escuela Catedralicia de Sevilla donde aprendió latín, griego y hebreo; y estudió a San Agustín de Hipona y San Gregorio Magno. Tras la muerte de su hermano le sucedió en gobierno de la diócesis como arzobispo de Sevilla.

Dedico mucho esfuerzo para contrarrestar la influencia de las culturas «bárbaras» germánicas, incentivando el desarrollo del derecho y de las ciencias. En el Cuarto Concilio Nacional de Toledo de 633, decretó una política que afectaba a todos los obispos del reino, estableciendo una educación obligatoria para ellos.

San Isidoro de SevillaManuel Salvador Carmona

San Isidoro también fue un ilustre escritor; compuso muchos trabajos históricos y litúrgicos, además de tratados de astronomía y geografía, diálogos, enciclopedias, biografías de personas ilustres, textos teológicos y eclesiásticos, ensayos valorativos sobre el Antiguo y Nuevo Testamento, y un diccionario de sinónimos.

Por su extensa obra y dedicación a las humanidades es el santo patrón de los humanistas: filólogos, filósofos, historiadores, etc.

San Juan de Ávila

Este santo nació en Almodóvar del Campo, Ciudad Real, a finales del siglo XV (1499 - 1500). Desde niño recibió una educación cristiana, lo que sin duda influyó en su vida. Alrededor de 1513 marchó a Salamanca para estudiar leyes y al finalizar los estudios volvió a casa de sus padres para llevar una vida de oración y penitencia. Tras esta etapa se trasladó a Alcalá de Henares a estudiar artes y teología, donde demostró su gran capacidad intelectual.

San Juan de ÁvilaPierre Subleyras

En 1526 se ordenó sacerdote y tras la muerte de sus padres, cuando aún estudiaba en Alcalá, vendió todos sus bienes y los repartió a los pobres. Nació en él un espíritu evangelizador y quiso viajar a Nueva España a evangelizar, para ello fue a Sevilla de donde debía partir. Sin embargo, el arzobispo de Sevilla le convenció para quedarse en la península, y así lo hizo. En su predicación tuvo gran éxito, lo que le enemistó con ciertas personas, que le llevaron ante el inquisidor acusado de exagerar los peligros de la riqueza y cerrar las puertas del cielo a los ricos; de lo que fue declarado inocente, al no tratarse de ninguna herejía.

Escribió Audi, Filia, que se publicó tras su muerte, libro que Felipe II pidió que nunca faltara en El Escorial. Ya en el siglo XX, en 1946, el Papa Pío XII le declaró patrono del clero secular español.

Santa teresa de Jesús

Santa Teresa nació a principios del siglo XVI, en Gotarrendura, Ávila. Ya de pequeña dedicaba su tiempo a la lectura de las vidas de santos. En 1531 su padre la internó en un convento de monjas agustinas de Santa María de Gracia, pero tuvo que abandonarlo un año más tarde debido a una grave enfermedad. Dos años más tarde y en contra de la voluntad de su padre, escapó de su casa para tomar el hábito carmelita. Ingresó en el convento de la Encarnación donde vistió el hábito e hizo su profesión en 1537.

Tras su profesión, vivió una época de angustia y enfermedad que duraría cinco años, hasta 1542. Durante esta época 'oscura' aprendió a orar en el «recogimiento» de Francisco de Osuna. Sin embargo, al finalizar esta época de angustia, recibió la gracia de tener experiencias místicas a través de visiones «imaginarias» e «intelectuales», visiones que se prolongaron a lo largo de su vida y que le provocaron ciertas crisis a la hora de discernir si aquello era «espíritu de Dios» o del «demonio».

Santa Teresa de Jesús, visión de la palomaPeter Paul Rubens

Además de su vida mística, destaca su dedicación a la contemplación y la oración, además de su esfuerzo extraordinario para conseguir la reforma carmelita.

Tan solo 22 años después de su muerte, en 1604, se inició el proceso de canonización; diez años después, en 1614 fue declarada beata, y en 1622 canonizada por Gregorio XV. En el siglo XX, en 1970 fue proclamada doctora de la Iglesia, siendo la primera mujer que recibía la distinción de Doctora.

San Juan de la Cruz

Al igual que Santa Teresa, este Santo también nació en Ávila en 1542, en un pueblo llamado Fontiveros. Hijo de una familia hidalga acudió a un colegio jesuita en Medina del Campo. A los 22 años se trasladó a Salamanca para estudiar artes y filosofía. Tres años más tarde, aún en Salamanca, conoció a Santa Teresa, a quien ayudó en su reforma carmelita y juntos acordaron fundar dos nuevas órdenes de carmelitas.

Su implicación en la reforma carmelita de Santa Teresa, provocó que fuera encarcelado en un convento de Toledo en 1577. Ocho meses más tarde escapó y se refugió en Almodóvar y permaneció en Andalucía hasta su muerte en 1591.

Visión de San Juan de la CruzJacob van Oost the Younger

Es considerado uno de los mayores poetas españoles de la época y es el máximo exponente de la poesía mística. Durante su cautiverio de ocho meses en 1577, que pasó completamente aislado, elaboró sus poemas mayores: Llama de amor viva, Cántico espiritual y Noche oscura. En los tres poemas mayores, San Juan de la Cruz condensó sus vivencias derivadas del anhelo de alcanzar la fusión con el Creador; las tres obras, describen el ascenso místico del alma hacia Dios, estas experiencias las expresaba en alegorías y símbolos; por ello vio necesario explicarlas en comentarios en prosa.