«Por estos motivos, todos los Evangelios hablan en más de una ocasión de «publicanos y pecadores» (Mt 9, 10; Lc 15, 1), de «publicanos y prostitutas» (Mt 21, 31). Además, ven en los publicanos un ejemplo de avaricia (cf. Mt 5, 46: sólo aman a los que les aman) y mencionan a uno de ellos, Zaqueo, como «jefe de publicanos, y rico» (Lc 19, 2), mientras que la opinión popular los tenía por «hombres ladrones, injustos, adúlteros» (Lc 18, 11)».