El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, invita a los madrileños a «abrir nuestras vidas al amor de Dios»

La mañana ha comenzado gris y con lluvias, por eso la Santa Misa en honor a la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena, se ha tenido que celebrar dentro de la catedral de la Almudena a pesar de tener todo preparado para realizarse en el exterior como otros años. «Con María, a quien nosotros invocamos como Nuestra Señora de la Almudena, el Señor nos ha bendecido de una manera especial. Ella nos abraza y nos señala un camino», ha asegurado el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.

Durante la homilía el arzobispo ha invitado a los madrileños a «vivir en alegría» esta fiesta a «abrir nuestras vidas al amor de Dios» y a «poner en el centro de nuestras vidas a Jesucristo» tal y como enseña María, a quien «hoy invocamos como la Virgen de la Almudena».

Acompañados de la mano de Ella «entendemos lo que somos», por ello, Osoro ha indicado que «María es una Maestra que nos enseña que, solamente junto a Dios, descubrimos quiénes somos nosotros. Sin Dios pasamos por este mundo como unos desconocidos para nosotros mismos y para los demás».

«María, nuestra Madre, nos alienta a vivir y a construir siempre la paz y la reconciliación, a dar vida siempre. Es hora y tiempo de arrodillarnos; es la hora de reconocer que el mundo pertenece a Dios y no al mal, por mucho terreno que pueda ganar este. Urgen hombres y mujeres que abran su corazón a Dios y que hagan presente su amor con obras. María, nuestra Madre, nos ayudará», ha apuntado.

El arzobispo de Madrid ha recordado a todos los asistentes que «María es la Madre que nos abraza sin pedirnos nada y que nos orienta y ayuda para hacer el camino con la novedad que trae Jesucristo a esta tierra». Tras estas palabras, ha pedido a todos los madrileños acogerse «al humanismo de la Encarnación».

Osoro ha recalcado que «el humanismo cristiano hace memoria siempre del bien, de lo que nos une; da pasos hacia adelante; no mira para atrás y, si lo hace, es para no volver a repetir lo que nos rompe. Este humanismo de la Encarnación tiene futuro y crea futuro. La fe siempre ha creado patria, ciudad, convivencia».

Tras la homilía del arzobispo de Madrid, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha renovado el tradicional Voto de la Villa ante su patrona, a la que ha pedido que la capital continúe siendo «ciudad de acogida» así como que los madrileños no olviden la importancia del medio rural, que es «sustento último de riqueza».

Finalmente, la lluvia ha remitido, por lo que la Virgen ha podido salir en procesión por Madrid, donde los ciudadanos esperaban en los aledaños para ver a su Patrona. Los encargados de cargarla han sido los anderos Jesús de Medinacelli que han ido acompañados de la Banda Militar del Ejército de Tierra, la Banda Municipal de Madrid y la Banda de las Tres Caídas.

El recorrido ha sido por las calles Mayor, Milaneses y Santiago y la plaza de Ramales hacia la plaza de Oriente, pasando por una alfombra de flores –elaborada por Asociación de Alfombristas Do Corpus Christi de Ponteareas– junto al Palacio Real, para volver por la calle Bailén a la catedral.