La tanatopraxia, la técnica que permite conservar el cuerpo de Benedicto XVI post mortem
Los restos mortales de Joseph Ratzinger descansan en una sala del monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano
La capilla del monasterio Mater Ecclesiae alberga desde este domingo los restos mortales de Benedicto XVI, tal y como han informado desde la oficina de prensa de la Santa Sede. Fue precisamente en Mater Ecclesiae donde el Papa emérito pasó los últimos diez años de su vida desde que decidió renunciar a su pontificado.
De Mater Ecclesiae, el cuerpo de Benedicto XVI, quien falleció este 31 de diciembre, pasará este lunes a la basílica de San Pedro. Se espera que unas 35.000 personas acudan a velar al difunto Joseph Ratzinger hasta que el jueves se lleve a cabo el funeral.
Para que el cuerpo de los papas se pueda exponer durante tantos días se utiliza una técnica que se llama tanatopraxia, muy habitual en Estados Unidos y que va ganando terreno en Europa.
Consiste en un tratamiento post mortem en el que se inyecta en el sistema arterial del difunto un fluido que retrasa el proceso de descomposición. Además, se le realizan al cuerpo unos tratamientos estéticos con el fin de que la persona que está muerta conserve lo más posible su imagen de manera integral.
No obstante, la tanatopraxia no debe confundirse con el embalsamamiento perpetuo ya que es un método de conservación temporal. Es decir, los cuerpos tratados con esta técnica pueden conservarse intactos entre 10 y 15 días en cualquier tipo de ambiente.
La tanatopraxia también tiene sus ventajas en el campo de la medicina forense. De hecho, al detener la descomposición del cuerpo, los tejidos y las lesiones se fijan como en una preparación histológica, lo que permite realizar investigaciones más fácilmente.
De esta manera se puede estudiar mejor, por ejemplo, la trayectoria de una bala y contribuir a los métodos de identificación médico-legales. En el caso de una exhumación, habrá mejores resultados sobre un cadáver tratado tanatopraxia que sobre uno en descomposición.