Un Vía Crucis marcado por la ausencia del Papa en el Coliseo
La ausencia del papa Francisco, para evitar el frío tras recuperarse de una bronquitis, marcó el Vía Crucis celebrado este Viernes Santo en el Coliseo de Roma, dedicado a los conflictos en el mundo y con una marcada presencia de la guerra de Ucrania por la carta de dos jóvenes, uno ucraniano y otro ruso.
Aunque se ausentó para terminar de recuperarse tras recibir el alta hospitalaria hace una semana, Francisco quiso que las catorce meditaciones del Vía Crucis, que narran la subida al Calvario de Jesús, su crucifixión y su deposición en el sepulcro, describiesen la que él llama la «Tercera Guerra Mundial a trozos».