Fundado en 1910

La hermana Abby Avelino, coordinadora de Talitha Kum

Coordinadora Red Internacional contra la trata de Personas

Abby Avelino: «La fuerza de nuestra red radica en su cercanía a las víctimas y supervivientes de la trata»

Talitha Kum promueve la colaboración entre las redes organizadas a nivel nacional, regional y continental para luchar contra la trata

La hermana filipina Abby Avelino, MM, se ha convertido en la nueva Coordinadora Internacional de Talitha Kum, la Red Internacional contra la Trata de Seres Humanos.

Desde 1 de septiembre, la hermana Aurea Abby Bisnar Avelino, monja católica perteneciente a las Hermanas Maryknoll de Santo Domingo, asumió la responsabilidad de la hermana Gabriella Bottani, SMC, que ha estado al frente de Talitha Kum desde 2014 y ha alimentado su desarrollo.

Concede una entrevista para El Debate para explicar su función activa para apoyar a las víctimas, los supervivientes y las personas en riesgo, desde Talitha Kum, la cual mantiene su identidad única y opera en su propio país o región, con la Coordinación Internacional de la UISG apoyan el desarrollo de competencias y en la formación de las redes y sus miembros, facilitando el intercambio de información, recursos y experiencias.

–¿Cómo nace Talitha Kum?

–Como una red amparo de las redes dirigidas por las hermanas, Talitha Kum se fundamenta en la extensa y rica tradición de las mujeres católicas que, inspiradas por el ministerio vivificante de Cristo, están comprometidas con el trabajo comunitario y la colaboración, siguiendo el ejemplo de Dios Trino.

La fuerza de la red Talitha Kum radica en su compromiso con la base, de abajo hacia arriba, y en su enfoque centrado en la persona y en la comunidad, lo cual asegura su cercanía a las víctimas y supervivientes de la trata, sus familias y aquellos en situación de riesgo de explotación.

–¿Talitha Kum es la Red Internacional contra la Trata de Personas?

–El trabajo de Talitha Kum con las víctimas y los supervivientes de la trata de personas se basa en la convicción de que la dignidad de los oprimidos y explotados puede ser restaurada a través de una relación sororal y fraternal, marcada por la presencia del Espíritu Santo y el misterioso encuentro con Dios. Por medio de una relación entre iguales, las religiosas caminan junto a las víctimas a lo largo del camino de curación, al mismo tiempo que ellas recuperan una conciencia profunda de su valor interior como individuos y miembros de sus familias y comunidades. De este modo, Talitha Kum aborda las causas sistémicas que dejan a las personas en situación de riesgo de caer en manos de las redes de trata, e implican a sus familias y comunidades locales junto a instancias y actores principales a nivel nacional e internacional.

La misión de Talitha Kum es acabar con el tráfico de personas

–¿Pero ustedes siguen un compromiso que nace hace siglos?

–La Vida Religiosa femenina, de la que nace Talita Kum, se ha comprometido desde hace siglos a luchar contra la esclavitud y la trata de personas. Sin embargo, Talitha Kum nace y crece de las semillas plantadas a finales de los años 90 cuando la vida consagrada considera la importancia de unir fuerzas y potencialidades, y promover una red integrada.

En 1998 la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) acepta la invitación de la Hna. Leah Ackerman, MSOLA para realizar un mayor esfuerzo contra la trata de personas, y forma un grupo de estudio sobre la trata de personas en la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación. El trabajo de este grupo incluyó la elaboración de diversos materiales de formación y sensibilización de la vida religiosa femenina para realizar un mayor esfuerzo conjunto contra la trata. Destaca, sobre todo: La trata de mujeres, niñas y niños. Información y materiales para el trabajo publicado en 2003 en colaboración con Caritas International.

–Ya llevan 20 años de compromiso activo, ¿cómo fueron los inicios? Organizar a tanta superiora general no debe ser tarea fácil.

–Han pasado veinte años desde que la Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superiores Generales (UISG) de 2001 se comprometió a «trabajar en solidaridad unos con otros, dentro de nuestras propias comunidades religiosas y en los países donde operamos para abordar con insistencia a todos los niveles el abuso y la explotación sexual de mujeres y niños, con especial atención a la trata de mujeres que se ha convertido en un comercio internacional muy lucrativo.»

Entre los años 2004 y 2008 la Unión Internacional de Superioras Generales en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones desarrolló un programa de formación que llevó a la creación de varias redes regionales en Italia, Albania, Nigeria, Rumania, Tailandia, Santo Domingo, Brasil, Portugal, Filipinas, Sudáfrica. La Hna. Bernadette Sagma, FMA, coordinadora del proyecto de la UISG y la Hna. Eugenia Bonetti, MC de la red italiana, contribuyeron significativamente al proyecto.

La hermana Abby Avelino, coordinadora de Talitha Kum

–Talitha Kum, siempre ha marcado hitos importantes en la historia de la Iglesia en estos últimos años. ¿De cuáles se sienten especialmente orgullosas por su repercusión?

–En 2019, fundamos la primera red interreligiosa Talitha Kum en Medio Oriente, que marcó el décimo aniversario de la creación de la coordinación mundial. En septiembre, Talitha Kum International celebró su primera Asamblea General en Roma, reuniendo a miembros y colaboradores de todo el mundo.

2021 fue también un hito que marcó nuestra historia como mujeres consagradas. Por primera vez, el Ejecutivo de la Unión Internacional de Superiores Generales aprobó y apoyó el documento de incidencia política redactado por las Redes de Talitha Kum: la Llamada a la Acción de Talitha Kum.

Desde su fundación, Talita Kum ha continuado promoviendo cursos para la formación de nuevas redes locales, el trabajo en red y la colaboración con diversas organizaciones que trabajan contra la trata de personas.

La misión de Talitha Kum es acabar con el tráfico de personas a través de iniciativas de colaboración centradas en la prevención, la protección, la reinserción social y la rehabilitación de las sobrevivientes, en la denuncia y la defensa, promoviendo acciones que inciden en las causas sistémicas.

Como mujeres consagradas viven en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas que sufren las consecuencias de la maldad de la trata de personas. Comparten su vida con los que están en situación de vulnerabilidad social y riesgo de trata. Han acogido la invitación de estar al lado de los discriminados, explotados y víctimas de la esclavitud moderna, rompiendo el silencio, la indiferencia y el conformismo que sostienen el tráfico de personas y todas las formas de comercialización de la vida. Valoran y promueven la colaboración y la asociación con todas las organizaciones que se han comprometido a eliminar la trata de personas y sus causas.