El Papa preside la vigilia ecuménica 'Together' en el Vaticano, que se prepara para el Sínodo
El Papa Francisco ha querido este momento de recogimiento en vísperas del Sínodo, que tendrá lugar en el Vaticano del 4 al 29 de octubre, pidiendo un momento de reflexión colectiva
Una oración silenciosa de ocho minutos recitada por dieciocho mil personas que representan a veintiuna confesiones cristianas. Con ellos, el Papa Francisco y otros líderes religiosos de la talla del Patriarca Bartolomé de Constantinopla y el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, se unieron en la vigilia ecuménica «Together», que significa, precisamente, juntos. Francisco ha querido este momento de recogimiento en vísperas del Sínodo, que tendrá lugar en el Vaticano del 4 al 29 de octubre, pidiendo un momento de reflexión colectiva, antes de la delicada asamblea en la que se discutirá el futuro de la Iglesia en el mundo. Por este motivo, numerosos padres sinodales asistieron al acto.
Inmediatamente después de la oración invocando el don del Espíritu Santo para el Sínodo, tuvo lugar la meditación papal sobre la importancia del silencio en la vida del creyente, en la vida de la Iglesia y en el camino de la unidad de los cristianos.
«En un mundo lleno de ruido ya no estamos acostumbrados al silencio, es más, a veces luchamos contra él, porque nos enfrenta a nosotros mismos. Sin embargo, está en la base de la palabra y de la vida», comenzó diciendo el Papa Francisco, dirigiéndose especialmente a los más jóvenes, unos cuatro mil (300 españoles), llegados en peregrinación desde la basílica papal de San Juan de Letrán y a sus coetáneos, que animaron los coros con música compuesta para la ocasión por la Comunidad de Taizé, promotora de la vigilia. «Esta noche los cristianos hemos permanecido en silencio ante el Crucifijo de San Damián, como discípulos a la escucha ante la cruz, trono del Maestro», dijo Francisco refiriéndose al Crucifijo que se alza sobre el parvis de la plaza de San Pedro, mientras en uno de los dos lados del escenario papal se colocaba el icono de la Virgen «Salus populi romani», a la que el pontífice se encomienda al inicio y al final de cada viaje apostólico. Al otro lado del escenario, con las páginas abiertas ante los fieles, se encuentra la Biblia, entronizada en cada sínodo.
En el siguiente vídeo puedes ver la vigilia entera:
Y precisamente sobre la asamblea sinodal, el Papa hizo dos «peticiones» al Espíritu Santo. «Pidamos al Espíritu el don de la escucha para los participantes en el Sínodo: escucha de Dios, hasta el punto de escuchar con él el grito del pueblo; escucha del pueblo, hasta el punto de respirar la voluntad a la que Dios nos llama».
De ahí la segunda petición del Pontífice: «Pedimos que el Sínodo sea un kairós de fraternidad, un lugar donde el Espíritu Santo purifique a la Iglesia de charlatanerías, ideologías y polarizaciones».
Un Sínodo, en definitiva, que debe inspirarse en el largo y arduo camino de unidad que los cristianos recorren a diario en todo el mundo. Un camino que crece en silencio ante la cruz, «como las semillas que recibiremos y que representan los diferentes dones concedidos por el Espíritu Santo a las diversas tradiciones'', observó el Papa, ''a nosotros nos toca la tarea de sembrarlas, con la certeza de que sólo Dios da crecimiento».
La Vigilia misma respira el aire de la universalidad de las confesiones religiosas. No es casualidad que el evento haya sido organizado a su estilo por la Comunidad de Taizé, que ha contado con la colaboración de la Secretaría del Sínodo de los Obispos, del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y del Vicariato de Roma. De este modo, se materializa una propuesta lanzada hace dos años. «Dentro de la propia Iglesia católica», dijo el prior de Taizé, el hermano Alois, invitado a hablar en Roma en octubre de 2021, «el Sínodo sacará a la luz grandes diversidades. Éstas serán tanto más fecundas en la búsqueda de la comunión, no para evitar u ocultar los conflictos, sino para alimentar un diálogo que reconcilie. Para favorecerlo», añadió Alois, «me parece deseable que en el camino sinodal haya momentos de respiro, pausas, para celebrar la unidad ya realizada en Cristo y hacerla visible».
Y para subrayar una vez más el carácter ecuménico de 'Together', el Patriarca Bartolomé I dirigió la oración de apertura, mientras que el Arzobispo Welby introdujo el rezo del Padre Nuestro, dos momentos vividos con profunda participación por los dieciocho mil presentes en la Plaza de San Pedro.