Estos son los diferentes tipos de obispos que existen
Todos los obispos son iguales desde el punto de vista sacramental. Aun así, existen diferencias jurídicas entre ellos, que dan lugar a diferencias litúrgicas
Los obispos son los sucesores directos de los doce apóstoles y, por eso mismo, recibieron el todo del sacramento del orden. Esto les confiere, en la mayoría de los casos, jurisdicción completa sobre los fieles de su diócesis. Normalmente, solo los obispos diocesanos son los que gozan de este poder jurisdiccional.
Todos los obispos son iguales desde el punto de vista sacramental, desde el que encabeza la diócesis más pequeña hasta el Papa, que es el obispo de Roma. Aun así, existen diferencias jurídicas entre ellos, que dan lugar a diferencias litúrgicas.
Territorialmente, la Iglesia está dividida en diócesis y cada una tiene fieles, clero y una catedral, gobernada esta última por un obispo. Al obispo que gobierna una diócesis se le conoce como ordinario o residencial.
También existe una división en provincias eclesiásticas, que son el conjunto de las diócesis vecinas. Dentro de las provincias, la que está a la cabeza se llama archidiócesis, y el jefe es el arzobispo metropolitano.
Elección de los obispos
Los obispos son nombrados por el Papa y desde el momento en que se anuncia su nombramiento hasta que son consagrados se les llama obispos electos.
Ser obispo tiene fecha de caducidad y a los 75 años estos deben presentar al Papa su renuncia. El Santo Padre decide en qué momento aceptar la solicitud y cuando llegue el momento, los obispos dejan de ser residenciales para ser llamados eméritos.
Siempre están ligados a una diócesis, sea como residenciales o eméritos. A los que no tienen el gobierno de una diócesis, se le asigna una que ya fue suprimida, y pasan a llamarse titulares. Tendrán el carácter de arzobispos, pero no serán metropolitanos, ya que no presiden una provincia. El término usado para denominarlos es arzobispos ad personam.
Obispos titulares o auxiliares
Dentro de los obispos titulares se encuentran: los auxiliares, que son aquellos a los que se les encarga colaborar con un obispo residencial en una diócesis; los nuncios apostólicos, que son jefes de una representación diplomática de la Santa Sede ante un país; y los obispos curiales, que son aquellos que trabajan en los organismos de la Curia Romana.
En los ritos orientales a los obispos se les llama eparcas y tienen jurisdicción sobre una eparquía –circunscripción territorial bajo la autoridad de un obispo–. Un conjunto de eparquías forma una iglesia oriental y algunas están presididas por un patriarca.
En los ritos latinos también hay obispos que ostentan el título de patriarcas. Las diócesis que fueron fundadas por los apóstoles o evangelistas se conocen como patriarcado, por ejemplo, en el caso de Venecia, que fue creada por San Marcos.
Tras el descubrimiento de América en el año 1492 se establecieron los dos últimos patriarcados: el Patriarcado de las Indias Orientales y el Patriarcado de las Indias Occidentales. El papa es quien otorga al obispo correspondiente cuando lo considera y ahora mismo está vacante. En ambos casos, el título de patriarca es solo nominal, ya que carecen de poder real sobre las iglesias americanas.
Más sobre los obispos y las diócesis
- Hay diócesis que no pertenecen a ninguna provincia y que se les denomina «inmediatamente sujetas». Eso sucede, por ejemplo, cuando hay una sola diócesis en un país. O cuando en un territorio las diócesis vecinas son de otro Estado. Por ejemplo, la diócesis de Gibraltar.
- Se dice generalmente, pues hay ocasiones que la diócesis que encabeza una provincia se denomina diócesis. Es el caso de Roma, que es diócesis pese a ser sede metropolitana. Por ello, el Papa es obispo de Roma y no arzobispo de Roma.
- Hay obispos residenciales, que presiden diócesis, pero que ad personam pueden recibir la dignidad arzobispal. Es el caso, por ejemplo, del ordinario de la diócesis de Urgell, que pertenece a la provincia de Tarragona.