Poesía de Navidad
Así plasmó el Rey Sabio los siete gozos de la Virgen en sus 'Cantigas de Santa María'
En cuatro estrofas Alfonso X ensalzó a la Señora por haber sido elegida por Dios, se recuerdan las palabras del arcángel Gabriel en la Anunciación, se habla de la llegada a Belén y se hace referencia al canto de los ángeles en la noche de Navidad y a la visita de los tres Reyes Magos
Las Cantigas de Santa María conforman una colección de 429 poemas escritos en gallego-portugués y, en su mayor parte, parece que son obra personal de Alfonso X, que prefería esta lengua -tal vez por su musicalidad- al castellano para el cultivo del género lírico -y, de hecho, alrededor de la décima parte de las Cantigas no son de tipo narrativo, sino lírico-; y muchas ofrecen como forma métrica el zéjel de procedencia arábiga, una influencia oriental que también se manifiesta en las composiciones musicales que acompañan a los textos, ilustrados con exquisitas miniaturas. Gran parte de las Cantigas están dedicadas a difundir milagros de la Virgen.
Y hemos elegido, de la Cantiga I de Santa María las estrofas en las que se narran los primeros -de los siete- «gozos de la Virgen». Seguimos la edición original de As Cantigas de Loor de Santa María coordinada por Elvira Fidalgo y el equipo investigador formado por Milagros Muiña, Fernando Magán y M.ª Xesús Botana. La edición en castellano corre a cargo de la propia Elvira Fidalgo.
por la señora honrada
en la cual quiso Dios hacerse carne
bendita y sagrada
para darnos gran soldada
en su reino y darnos en herencia,
como [a miembros] de su mesnada,
una vida prolongada
sin que tengamos que pasar
otra vez por la muerte.
Por eso quiero empezar
por cómo fue saludada
por Gabriel, cuando le dijo:
«Bienaventurada
virgen, de Dios amada,
del que habrá de salvar el mundo,
ahora quedas preñada,
lo mismo tu pariente
Isabel, que tuvo dudas,
[por eso] está ahora avergonzada».
Y además, quiero recordar
cómo llegó cansada
a Belén y [cómo] fue a alojarse,
como mujer pobre,
en el portal de la entrada,
donde seguidamente parió
a Jesucristo y lo acostó,
allí donde echan la cebada,
y [cómo] tomó aposento
entre los animales de labranza.
Y no quiero olvidar
cómo los ángeles, cantando
alabanzas a Dios cantaron,
y «Paz en la tierra»;
ni cómo el lugar
a los tres reyes en Ultramar
les mostró la estrella,
por lo que sin demora
vinieron a entregar su regalo
extraordinario y precioso.
En la primera estrofa se ensalza a la Señora por haber sido elegida por Dios para ser Madre de su Hijo y traer la salvación a mundo. En la segunda estrofa (gozo primero: Anunciación y Visitación) se recuerdan las palabras del Arcángel Gabriel que le lleva tal embajada y le anuncia el milagro sucedido con su prima Isabel. En la tercera estrofa (gozo segundo: Nacimiento de su Hijo) se habla de la llegada a Belén y de cómo tuvo que refugiarse para dar a luz en un portal y dejar a su Hijo en un pesebre, entre animales de labranza. En la cuarta estrofa (gozo tercero: Epifanía) se hace referencia al canto de los ángeles en la noche de Navidad y a la visita de los tres Reyes Magos, venidos «de Ultramar» guiados por una estrella.