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Plácido Domingo durante un concierto en la República ChecaGtres Online

Navidad 2023

El villancico yaucano en el que un verdulero le lleva un gallo a Jesús y que fue interpretado por Plácido Domingo

El propio autor declaró que las primeras cuartetas las tomó del folclore español anónimo, y que su trabajo personal empieza en la cuarteta «Yo soy un pobre yaucano…»

Este célebre villancico puertorriqueño fue compuesto por Amaury Veray Torregrosa el 24 de diciembre de 1951, y estrenado esa misma noche, en la Misa del Gallo, en la Iglesia Santísimo Rosario del pueblo de Yauco. La interpretación corrió a cargo de María Amelia Lugo Espiñeiro de Vivaldi. A propósito del villancico, el propio autor declaró que las primeras cuartetas las tomó del folclore español anónimo, y que su trabajo personal empieza en la cuarteta «Yo soy un pobre yaucano…».

Relata la historia apócrifa de Juan, un verdulero del pueblo cafetero de Yauco, que visita a Jesús recién nacido y le lleva un gallo y viandas frescas, e incluso podría para traerle, si así lo desea, también un par de saquitos de café; pero a falta de un don con que obsequiarle, le ofrece su corazón. El villancico alcanzó resonancia mundial cuando el tenor Plácido Domingo lo interpretó en Austria, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Viena, catorce meses después de muerto el compositor (el 30 de octubre de 1995). En la actualidad, este villancico está considerado como una de las composiciones más sublimes de la música puertorriqueña y resulta habitual escucharla en las fiestas navideñas, convertido –en palabras de Manuel Ortiz– en una obra que «inmortaliza la humildad y la entrega del pueblo puertorriqueño a las tradiciones de la época».

Quisiera, niño, besarte
y San José no me deja,
dice que te haré llorar,
¿verdad que aUn así me dejas?

Ha nacido en un portal,
llenito de telarañas,
entre la mula y el buey,
el Redentor de las almas.

En Belén tocan a fuego,
del portal sale una llama,
es una estrella en el cielo
que ha caído entre las pajas.

Yo soy un pobre yaucano
que vengo de Yauco aquí,
y a mi Niño Dios le traigo
un gallo quiquiriquí.

Ya lo sabes, Niño hermoso,
soy del pueblo del café,
por si quieres dos saquitos,
también yo te los traeré.

Yo soy Juan el verdurero,
que vengo de la montaña
y te traigo viandas buenas,
desde mi humilde cabaña.

Al Niño recién nacido
todos le ofrecen un don;
yo, como no tengo nada,
le ofrezco mi corazón.