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La poetisa Lola Mascarell ha publicado su último poemario 'Préstame tu voz' en Tusquets

Cuatro poemas de Lola Mascarell: la voz religiosa del corazón

Mascarell busca describir un mundo plácido, donde todo está conectado, en el que se entrelazan el amor doméstico, la mirada serena, la aceptación del paso del tiempo, por si esta luz puede atenuar las sombras que se ciernen en la vida

La poeta Lola Mascarell retoma su búsqueda de la claridad expresiva en un nuevo poemario, Préstame tu voz, publicado por la editorial Tusquets.

En él, trata de mostrar la sencillez del mundo que cotidianamente no vemos, o que damos por descontado debajo del ruido de la actualidad. Mascarell busca describir un mundo plácido, donde todo está conectado, en el que se entrelazan el amor doméstico, la mirada serena, la aceptación del paso del tiempo, por si esta luz puede atenuar las sombras que se ciernen en la vida.

Normalidad

  • Nos conforman pequeños rituales
    ​y en ellos encontramos
    ​una forma de amparo frente al peso
    ​de los días que pasan.
    ​pequeños rituales matutinos:
    ​la crema sobre el rostro, el desayuno,
    ​nuestros ojos buscando en el espejo
    ​restos de juventud. Nada nos salva
    ​como salva el rumor de la costumbre.
    ​Repetir es volver,
    ​regresar a ese círculo
    ​de luz y oscuridad
    ​con que nos conformamos.
    ​Somos ese vaivén
    ​entre fuerzas contrarias.
    ​El sol de la mañana
    ​no puede iluminar
    ​la noche que se cierne
    ​dentro de nuestro cuerpo.

Corazón

  • Enredada en la turba
    ​la raíz de la menta
    ​es blanco laberinto
    ​de la luz entre la tierra,
    ​camino de la savia
    ​latiendo en estas manos
    ​que trasplantan su aroma
    ​a un lugar soleado del jardín.
    ​En la sala de espera
    ​un médico nos cuenta con metáforas
    ​lo que ha ocurrido dentro de tu cuerpo:
    ​una acequia vacía y un atasco
    ​y un trozo de la huerta sin regar,
    ​un breve territorio
    ​donde todo es ya negro.
    ​Ajenas a metáforas y cuentos
    ​tus ganas de vivir
    ​despuntan otra vez,
    ​comienzan a moverse
    ​la savia y los deseos que sostienen
    ​la vida de los hombres.
    ​También se hacen más fuertes,
    ​tierra adentro de ti, nuestras raíces.

Bodegón, a José Saborit

  • Hay cosas que no cambian:
    ​el olor del sofrito en la cocina
    ​muy pronto en la mañana.
    ​la cebolla, el pimiento y el tomate,
    ​el vaho en el cristal,
    ​el rumor del aceite en las cazuelas
    ​y unas gotas de lluvia
    ​que ya hablan del otoño.
    ​Feliz es lo cercano,
    ​lo nuestro, esta mañana
    ​donde miro tus dedos
    ​cocinando despacio las verduras
    ​que vendrán a ofrecerme
    ​unas horas más tarde
    ​lo mismo que tu piel,
    ​esta confirmación rotunda de la vida.

Placenta

  • Dios espera donde están las raíces. (Rainer María Rilke)
    ​Debajo de las cosas
    ​que vemos con los ojos,
    ​hay otras que no pueden explicarse
    ​y son las que sujetan
    ​la vida en su latido
    ​sin voz y sin contorno.
    ​la raíz que sostiene nuestras vidas
    ​se hunde bajo capas invisibles
    ​y solo algunas veces
    ​al leer un poema o al dejar de pensar
    ​podemos atisbarla en un descuido,
    ​en un pliegue del tiempo.
    ​Es el suave cordón umbilical
    ​que mece con su música
    ​la placenta del mundo.